viernes, 25 de junio de 2010

Breve historia de las portadas (20ª parte)

Aún no he vuelto pero todavía estoy aquí, con sueño acumulado, poco tiempo para leer, nada de tiempo para escribir, una decena de carpetas llenas hasta los topes de apuntes y esas cosas llamadas exámenes, que incluyen esas otras cosas llamadas conocimientos que se olvidan en cinco minutos y que habrán quedado anticuados en cinco años.

Pero dentro de una semana, eso sí, podré volver por fin en todo el glorioso esplendor de aquellas personas capaces de actualizar su blog... ¡diariamente! ¡O casi! ¡Madre mía! ¡Y yo que creía que eso era una leyenda urbana! Pero mientras tanto, tendré que consolarme con las posibilidades que el día de hoy me ofrece: una actualización de misericordia para que el blog no pase demasiada vergüenza viendo cómo sus posts se van llenando lentamente de telarañas.

Así que esta Historia de las portadas va a ser, por primera vez en la historia, BREVE de verdad (o casi, que cada uno es breve o no en la medida de sus posibilidades). Con sólo un puñado de imágenes y pocas de las portadas que me habéis enviado, porque no me acuerdo de dónde las he metido no quería alargarme mucho.


Para los que ríen. Para los que lloran.




Para los que no son libres.




Para los que tenían fuertes colmillos, y ahora lavan todas las noches la dentadura postiza en un vasito.




Para los que odian la imagen que les devuelve el espejo.




Para los que han perdido la fe en el género humano en quienes diseñan las portadas (como yo, por culpa de Ifigenia).




Para los paranoicos (como yo, porque Shigaya acabó convenciéndome de que en la portada china de Graceling sale Dakota Fanning de incógnito).




Para los que disfrutan jugando con plumas (pero sólo cuando son portadas especialmente cutres).




Para los que prefieren blandir las espadas más fardonas.




Para la chica que posa en cada foto con un tatuaje diferente (sí, también hay muchos tatuajes por el mundo, pero estas portadas se parecen más que ninguna otra).




Para las series que se copian los diseños en todas sus portadas (y aún por encima, por orden).






Para los que copian a lo grande (gracias a Kirtash por demostrarme que he perdido el ojo crítico, porque esta obviedad habría debido verla yo antes).




Para los que simplemente copian (con letras raras, vampiros, azules y/o morados y texturas made in photoshop) y para Lunalula, por ayudarme a destaparlos.




Para los que siguen demostrando día a día que no sólo es posible encontrar Crepúsculo y Luna Nueva hasta en la sopa (agradecedle a Ifigenia el recordatorio).




Para que todos ellos muerdan el micrófono sin miedo, y que volvamos a vernos en el próximo post (con un poco de buen hacer y mejor fortuna, eso será antes de julio).


jueves, 17 de junio de 2010

Seven tears into the sea (Terri Farley) - Reseña

Título: Seven tears into the sea

Traducción no oficial: Siete lágrimas al mar

Autora: Terri Farley

Editorial: Simon Pulse

Año: 2005

Sinopsis:

A los 10 años, Gwen Cooke tuvo un extraño encuentro con un chico de ojos oscuros. Vino a ella en la playa, le susurró extrañas palabras al oído, y luego desapareció. Poco después, su famila se fue de su casita de la playa, y Gwen nunca volvió a ver al chico.

Ahora con 17 años, Gwen vueve al hogar de su infancia. Su abuela se lo pidió. Pero Gwen sabe que debe volver por otra razón: necesita el mar. Tal vez sea el mismo mar el que la llama. Tal vez sean el recuerdo del chico y de sus extrañas palabras los que la atraen al lugar donde se conocieron. Tal vez sea hora de enfrentarse a su destino.


Estrellas de mar:



Opinión sincera, más o menos:

Existen muchos tipos de libros. Los que te amargan el día, los que te alegran el día, los que te inspiran para dibujar, los que te inspiran para escribir, los que te dan ganas de tirarte por un puente, los que te meten una canción en la cabeza, los que te hacen meter barriga, los que te provocan antojo de algo salado, y los que te provocan antojo de algo dulce.

Como Seven tears into the sea.

En esta novela le daremos al chico un Permiso Especial Para Ser Raro, porque sólo es humano un par de meses cada siete años (como Temblor, pero a lo bestia). El resto del tiempo es una foca. Técnicamente, un selkie. Yo creía que los selkies eran como sirenitos pero con cola de quita y pon, porque me parecía más poético, pero no. El hombre no es un sireno, sino un foco. Focoman.


Y el foco se enamora de la foca Gwen. Como comprenderéis, enamorarse de alguien que la mayor parte del tiempo ni siquiera tiene un cerebro de 1300 c.c. es... peliagudo. No todas estarían a la altura. Porque el chico está muy bueno y todo eso y yo no quiero ser especiecista (¡zas! estreno mi primera publicidad subliminal palabra pratchiana), pero el muchacho es una foca.

Y aquí entra Gwen en escena. La jovencita se va a pasar el verano aislada independizada en una bucólica y solitaria casita a pie de playa (*cof, cof* picadero *cof*), insocializándose todo lo posible y trabajando en el hotelito de su abuela. Ese trabajo consiste en servirles pastelitos deliciosos (he ahí el antojo) a los turistas viejos, y en no hacer nada el resto del tiempo. Eso de "no hacer nada" incluye enamorarse del bombón nudista que frecuenta su calita.

Que además se da la casualidad de que se parece sospechosamente al otro bombón nudista que le salvó la vida en la playa una noche de hace... ¡Oh! ¡Siete años! ¡Qué feliz casualidad!

He aquí un modelo hipotético de conversación entre ambos:

FOCOMAN: [Gran sonrisa, momento "salida del agua en pelota".]
GWEN: [Baba.]
FOCOMAN: [Gran sonrisa, momento "andar por la playa chorreando, en pelota y con el atardecer a sus espaldas".]
GWEN: [Baba, baba, baba.]
FOCOMAN: [Gran sonrisa.] Hola.
GWEN: Hola, macizo. Hacía siete años que no te veía la... hum... eh... el pelaje.
FOCOMAN:
Ya, bueno. Esta vez tenía pensado comprarme ropa, pero si te gusto más así...

GWEN: ¡Sí! Digo... ¡No! Por mí unos... ejem... pantalones, si eso, estarían bien. Para que nos vean juntos, y eso. Hum.
FOCOMAN: De acuerdo, foquita mía.
GWEN: ¿PERDONA?
FOCOMAN: [Gran sonrisa.] Me invocaste hace siete años y ahora soy todo tuyo, muñeca.
GWEN: ¿ME HAS LLAMADO FOCA?
FOCOMAN: ¿Ugh? [Empieza a sudar, se aparta unos pasos, saca de la nada un móvil y marca. Alguien coge el teléfono al otro lado: AcosoCullen S.A.] Eh... ¿Edummy? ¿Creo que necesito ayuda? ¿El consejo de otro sobrenatural sexualmente frustrado, por favor?



Técnicamente, visto así, tendría todas las papeletas para ser "El bodrio número un millón, felicidades, pase a caja a recoger su premio, por favor". Pero no llega a tanto. De hecho, es una lectura agradable, aunque no pase de ahí. Demasiado corto como para cogerle manía a muchos personajes, tiene postres dulces muy ricos, algunas escenas muy monas, y lagrimilla incluida (no voy a decir spoilers no voy a decir spoilers no voy a decir spoilers no voy a decir spoilers no voy a decir spoilers no voy a decir spoilers).

Sinceramente, no es una maravilla de esas épicas (ecce libro), pero me sorprendió para bien, me entretuvo más de lo que esperaba, y se lee muy rápido (algo que no es sólo mérito del escaso número de páginas, supongo).

Bueno, bonito y barato: este es un libro para los que busquen algo romanticón y tristón, y no tengan muchas pretensiones ni un gran presupuesto (y no les importe mojarse en inglés ni pasarse por el booky). Para todos los demás... pues casi será mejor otra cosa.


lunes, 14 de junio de 2010

IMM #19: todo está conectado

libro.

(Del lat. liber, libri).

1. m. Conjunto de muchas hojas de papel u otro material semejante que, encuadernadas, forman un volumen.

2. m. Obra científica, literaria o de cualquier otra índole con extensión suficiente para formar volumen, que puede aparecer impresa o en otro soporte.

3. m. Cada una de ciertas partes principales en que suelen dividirse las obras científicas o literarias, y los códigos y leyes de gran extensión.




Quiero ser pragmática, catártica y sintética, hacer muchas fotos y escribir pocas letras, y como esto es un buen montón de objetos, lo soltaré todo en una sola frase, empezando por el principio, el de azul y hacia el fondo, The angel experiment, de James Patterson, primero de una larga serie de libros en la que los chicos con alas no son ángeles, sino X-men adolescentes, o eso creo, ya que no podría jurarlo, porque no sé muy bien de qué trata...





... y eso es lo mismo que puedo decir del que es rojo y está hacia el centro, o sea, Atrapados, de Chris Wooding, porque tampoco sé de qué va, sólo sé que de cuando en cuando y entre capítulos surge de la nada un cómic, así que puedo decir que es un libro alegremente ilustrado...









... como ilustrado está también (aunque desde fuera no se vea porque la portada no es transparente) Zombies para zombies, de David P. Murphy, una guía de autoayuda muy práctica para víctimas de mordiscos malintencionados y de exámenes finales, lo que significa que sí, supongo y espero que va de humor...



... como supongo y espero que haya humor en ¡Guardias! ¡Guardias!, de Terry Pratchett, otro libro de la Guardia Nocturna y de signos de exclamación igual que ¡Voto a bríos!, aunque no es la única víctima de mi fiebre Pratchiana, porque...

... lo acompaña Lores y damas, de Terry Pratchett también, obviamente, que si se llama fiebre Pratchina será por algo, digo yo, aunque este no vaya de guardias, sino que es mi primer intento con la serie de las brujas...

... y brujas es precisamente (qué casualidad) el tema principal de Malfuria: la Guardiana de las piedras de Bruma, una novela de Christoph Marzi que a mí me suena tanto que debe de ser la segunda parte de algo que no he leído, pero en cualquier caso trata de brujas y de esos largos viajes que sólo se hacen cuando hay magia de por medio...





... que es el caso también de Brightly Woven, de Alexandra Bracken (una autora muy jovencita, por cierto), y si esto fuera un vlog estaría parloteando sobre lo mucho que me sorprendió esta portada (menos mal que esto no es un vlog), porque estaba convencida de que el ojo extraterrestre de la chica era feo, pero luego al verlo en mis manos quedé gratamente sorprendida, ya que aunque el ojo sigue siendo extraterrestre la portada es sencillamente preciosa, al igual que toda la edición, por dentro y por fuera, y cuál no fue mi sorpresa al descubrir que la fuente del título (por la melladura de la T la conoceréis) es la misma...



... con la que se escribe Tempus Fugit, de Javier Ruescas, otro joven autor que escribió esta novela que ya pertenece a mi colección de Libros de Ciencia Ficción Que Leer Antes De Morir (podéis informaros sobre Unwind, Candor y Academy 7, pero no de Incarceron, que no aparece porque es un bodrio infumable), y os explico las razones en esta reseña...



... al igual que os cuento en esta otra reseña que The Maze Runner, de James Dashner, debería ser lectura obligatoria hasta en los colegios, y que yo lo recomiendo muy mucho...



... igual que me recomendaron a mí muy mucho Isola, de Isabel Abedi, hasta tal punto que acabé comprándome el libro, del cual que me contaron que es una mezcla de El señor de las moscas y Los Juegos del Hambre (hoy los Juegos sale hasta en las fotos, así que TENÍA que mencionarlo), y que al igual que los Juegos es adictivo y reserva en su sinopsis un huequecito para decirnos que incluye AMORRRR...



... cuando sabemos que es precisamente el AMORRRR lo que podrá salvar (o no) a Mia de la muerte en Si decido quedarme, de Gayle Forman, libro que no aparece en la foto de familia porque fue una posesión temporal cedida en un book tour, y por eso Tempe me lo envió en un sobre tan preciosamente precioso, casi tan precioso como el libro, porque el libro es un precioso (¿me repito? ¿yo?) dramón de esos de llorar mucho (Willow...), donde además suena música clásica al fondo...

... igual que en La canción del silencio, de Leara Martell, otro precioso dramón (en proceso de lectura) con forma de ópera no-juvenil que me regaló su mismísima autora, firmado y dedicado y todo el paquete, y la cuestión es que en lo poco que he leído del libro sé que la protagonista empieza el libro en la amnesia más absoluta...











... como la protagonista de Memoirs of a teenage amnesiac, de Gabrielle Zevin, una novela de gran éxito (en mi opinión no del todo merecido) que se publicó en varios países y en Japón hasta le hicieron una película y todo (dicen que los actores son conocidos, pero yo de japoneses no entiendo), y tampoco es que la historia tenga mucha ciencia, la verdad, porque todo lo que pasa es que la chica debe recuperar la memoria y decidirse entre el AMORRRR de sólo uno de sus multiples pretendientes...





... que es más o menos lo mismo que tiene que hacer Lori en The boys next door y Endless Summer, de Jennifer Echols (autora del también precioso Going too far), el 2x1 de comedias románticas que viene incluido en este tocho que, por mucho que las apariencias engañen, sigue teniendo 300 páginas menos que El nombre del viento (libro que no pertenece a este IMM, por cierto)...











... pero eso son aún 300 páginas más que Whisper, de Phoebe Kitanidis, una novela de lectoras de mentes y AMORRRR y fantasía urbana protagonizada por una chica que se llama Alegría que también participa, casualmente...

... en un mixto de IMM + Breve historia de las portadas con Alma, la protagonista de la otra fantasía urbana de hoy, Oscuridad, de Elena P. Melodía, donde también creo que hay AMORRRR pero desde luego que ahora mismo no sé de qué más trata, lo que nos lleva de vuelta al principio, el de azul y hacia el fondo...