Scritch, scritch. Scritch. [...]
Al instante estaba completamente despierta. Lancé la almohada al suelo, me levanté de golpe y me giré para apretar la cara contra la ventana y mirar al exterior.
Pero ya había otra cara apretada contra la ventana.
Unos ojos brillantes e iridescentes me observaban a través del cristal, a menos de quince centímetros de los míos. Chillé el nombre de Samuel y salté de la cama, apartándome de la ventana, pero hasta que no me encontré agachada y temblando en el centro del suelo de mi habitación no recordé que Samuel todavía estaba en casa de Adam.
La cara no se movió. Se había apretado tanto contra el cristal que sus labios y su nariz estaban distorsionados. Lamió el cristal, y después inclinó la cabeza y repitió el sonido que me había arrancado de mi sueño. Su colmillo dejó una marca blanca al rayar el cristal con él.Patricia Briggs, Vínculos Sangrientos.
Si en Estados Unidos existieran las persianas, no existirían las películas ni tampoco la mitad de los libros. Hollywood no sería Hollywood y no habría nada de entre lo que escoger en las taquillas de este lado del charco.
Yo creo que las persianas son el mejor descubrimiento del hombre desde que la rueda dejó de ser cuadrada, pero si en Estados Unidos existieran las persianas, las escenas de terror no serían igual de terroríficas, los actores no podrían hablar iluminados por la luz de la luna siempre que están en la cama, y, lo que es aún peor, no los veríamos dormir plácidamente bañados en la luz más brillante del sol matutino cuando suena el despertador.
Tampoco los vampiros tendrían que pasarse los días encerrados en un armario para no morir asados (los vampiros que no usan Ray-Ban ni tampoco resplandecen, se entiende), ni las madres se estarían quejando de "¡uy, qué tardísimo te has levantado hoy!" cuando todavía son las diez de la mañana. Porque en esta esquina del mundo, con nuestras persianas mágicas, sabemos que el sol engaña y le damos la espalda cuando nos da la gana y sin remordimientos de conciencia.
―Lo que es más importante, te compré una cortina de cuero para la habitación. Es enorme, así que cubre la ventana por completo. Así que ahora ya tienes un lugar seguro para dormir, aunque queda fatal con el resto de la decoración.Chloe Neill, Some Girls Bite (y Other Girls Are Just Horteras)
Si en Estados Unidos existieran las persianas, el niño de Parque Jurásico no se habría llevado el susto más feliz de su vida al ver a un tiranosaurio cenándose a su perro; ni Eduardo Cullen habría entrado como si tal cosa en la habitación de Bella Cisne todas las noches; ni habría tenido lugar ni una sola de las escenas de terror voyeurista que repiten punto por punto el texto que copié al principio del post.
Por no haber, en inglés no hay ni siquiera una palabra de tronío que les ponga nombre. Si buscáis en San Google alguno de los sucedáneos ingleses (shutters, blinds), sólo encontraréis algunas contraventanas requetemonas llenas de agujeros y muchas de esas cortinillas de oficina que son tan graciosas para hacer el tonto separándolas con el dedo sintiéndose cerocerosietes de la vida, pero tan inútiles para tapar la luz.
Si en Estados Unidos existieran las persianas, no existiría Estados Unidos.
Pero en España presumen de ellas hasta los garajes, y no hay ventana que se precie que no las luzca (o, en su defecto y si el efecto deseado es country, las contras también me sirven). Así que no entiendo por qué tenemos que ser tan yanquis de la vida y llenar nuestras películas y series (y libros, también los libros) de escenas "sin" sacadas directamente de un guión made in USA.
No hay en nuestro cine, ni en nuestra televisión, ni en nuestra literatura, escenas de abre-la-persiana-cierra-la-persiana, pero sí hay conversaciones de cama a la luz de las farolas y despertares al sol, hasta tal punto que no sabes si se están desperezando en Carabanchel o en Chicago. Y eso, sinceramente, es una vergüenza. No deberíamos avergonzarnos de nuestras persianas.
PD: Sin nada que ver con nada de lo anterior (aunque estos tampoco tienen persianas), pero el cómic de Vampire Academy va a resultar decepcionante. Hay algunas imágenes ya expuestas a la luz pública aquí, y los dibujos tiran generosamente a cutres (qué Dimitri tan poco dimitresco, y de las chicas mejor me callo).