Mostrando entradas con la etiqueta filosofando. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta filosofando. Mostrar todas las entradas

domingo, 28 de noviembre de 2010

El otro libro (filosofías cursis de muchas búsquedas frustradas)

Es muy difícil escoger el Siguiente Libro. Tener cinco, diez, cincuenta libros donde elegir supone tener cinco, diez, cincuenta libros con los que acertar, pero también cinco, diez, cincuenta libros con los que equivocarse. Escoger el Siguiente Libro es difícil, emocionante, misterioso y aterrador. Y a veces la respuesta es muy sencilla. Pero otras es imposible.

Por eso existe en la mente de todo buen lector una lista lógica, fría y calculada. A veces está enterrada muy profundamente en su cabeza y parece inalcanzable, y otras veces está escrita con preciosa caligrafía en el más bonito de los cuadernos. Pero siempre está allí: una lista con los libros que se quieren leer, que se deberían leer, que estaría bien seguir leyendo, que estaría aún mejor terminar. Todos ellos ordenados fríamente, siguiendo asépticos criterios de deber y de querer, formando así una lista, la Lista, vuestra Lista, la Lista de todos y cada uno de nosotros, en la que cada libro tiene un número y en la que el número Quince jamás osaría ser leído antes que el Catorce. Listas de libros comprados y de libros regalados. Listas en papel, en Excel, en corcho, en la imaginación de cada uno. Listas frías, lógicas, calculadas.

Pero la lectura no es lógica ni fría, y no hay nada calculable en ella. La lectura es ese pinchazo que os hace sentir que ese libro es sólo vuestro, que esta historia sois vosotros, que las palabras no podrían ser más perfectas; es ese algo que os hace amar un libro que todos los demás odian, ese capítulo que os hace recordar un día, un sabor, un color, la página que arrugasteis porque estabais demasiado nerviosos leyendo como para daros cuenta de que cometíais un sacrilegio. La lectura es querer que cada Siguiente Libro vuelva a ser el Libro Que Lo Cambió Todo.

Y las Listas no entienden de intuición ni de pinchazos. Yo me apeno cada vez que atiendo obedientemente a la Lista, porque eso significa que no abrí la primera página movida por ningún instinto irreprimible. Otras veces, cuando me siento rebelde y el número Uno me parece una decisión demasiado lógica, escojo otro libro cualquiera y disfruto de la satisfacción de haber desobedecido a mi propia Lista.

Y luego está el Otro Libro.

En mi caso suele ser un título curioso que me atrae sin remedio a algún recoveco de Goodreads, o una imagen pequeñita en algún blog que me tienta con lo desconocido. Luego viene una sinopsis leída con la atención a medias puesta en otra parte, la primera opinión positiva, la primera nota de emoción que despierta mi curiosidad. El flechazo es inminente. Llámale antojo, llámale capricho, llámale X. Sin razón aparente, lógica ni razonable, empiezo a navegar la red de redes en busca de más información, en busca de ese Libro cuya lectura acaba de convertirse en necesidad. Necesito leerlo ahora, ya, en este instante, abrirlo por la primera página antes de que pasen dos nuevos minutos de angustiosa ignorancia. Busco más reseñas, más sinopsis, más capítulos, más opiniones. Busco fechas, busco ebooks en los sites más oscuros y en las webs más brillantes, busco libros en las librerías más cercanas, pateándome sus estantes a la caza del Libro, el Antojo, el Capricho, la Necesidad, la Angustia, devorando con la mirada cada lomo y cada título, con la certeza de que, si el Libro no está allí, no tengo nada.

Sólo hay dos finales posibles para esta historia.

Si consigo poseer el Libro de inmediato, justo después de saber de él por primera vez, lo empiezo al instante, despreciando toda Lista y sin importarme que sea bueno o malo, que lo ame o que lo odie. Pero lo leo, lo leo entero, y lo leo sin apartar los ojos de él ni un segundo.

Pero si necesito que atraviese océanos para llegar hasta mí dentro del sobre de alguna librería virtual; si necesito esperar un día, dos días, una semana, un siglo, entonces mi anhelo se habrá apagado con la misma velocidad con que nació. Y el Libro, el Antojo, la Necesidad, el Anhelo, rebajado ya a simple capricho, viajará hasta algún lugar de poca preferencia al fondo de mis estantes, asignándose a sí mismo un puesto asépticamente numerado en la lista lógica, fría y calculada de mi cabeza.

martes, 12 de octubre de 2010

Frustración.


Frustración es recordar de repente la escena de un libro, repetirla palabra por palabra dentro de tu cabeza, saber incluso en qué esquina de la página la viste por primera vez, y aún así ser incapaz de situar a los personajes o de recordar a qué historia pertenece.

miércoles, 28 de julio de 2010

¿Por qué leéis vosotros?

Demasiadas veces, sin razón aparente, he tenido el blog abandonado, olvidado, perdido en los rincones más oscuros de la memoria, allí donde nada lo alcanza. Mi excusa es que no he estado en este mundo, sino en un lugar donde no hay conexiones con todo el planeta a través de cables que postean lo que yo les ordeno que posteen. He estado muy lejos de aquí, asfixiada en las páginas de las historias que me consumen desde dentro. Hay fuego febril en mis ojos. Hay sangre de tinta en mis venas. Respiro únicamente el olor a libro nuevo, y el olor a libro viejo inunda mis pulmones. No hay sitio para más en mi cabeza, porque el papel lo ocupa todo. En el día no hay horas, sólo momentos en los que volver a abrirlo en canal y suplicar que por favor, no se termine nunca. Que las páginas sean infinitas y engendren más páginas. Que de alguna forma misteriosa me hayan colado trescientas hojas más de contrabando debajo de la contraportada. Que las letras se apretujen para hacer sitio a muchas más palabras. Que sea una saga. Porque el sol da vueltas pero no existen más impulsos que el de la lectura. No hace falta café, porque el libro es la mejor cafeína. Las fronteras de la realidad se difuminan, y el mundo exterior parece un simple teatro donde poder habitar este manojo de papel escrito. Cuando lo leo, el mundo entero me pertenece, y soy infinitamente poderosa, aunque infinitamente impotente de cambiar su destino. Siento la garganta seca. Me hierven los ojos. Me duele el cuello. Mañana tendré demasiado sueño. Y no me importa. Es esta exactamente la razón por la que leo.

(En búsqueda perpetua de un nuevo libro que me haga sentir exactamente así.)

¿Por qué lees tú?

jueves, 22 de julio de 2010

¿Qué es para vosotros un blog literario?

Porque soy una cotilla, pero quiero creer que esto no es simple marujeo, sino espíritu científico del bueno, os cuento...

Estaba el otro día amodorrada bajo el sol, sin pensar demasiado (luego surgen estas cuestiones y me quejo), y de repente me vino esta pregunta a la cabeza. Técnicamente, la respuesta es muy sencilla, ¿no? Es todo blog que incluya críticas/fichas/otras cosas relacionadas principalmente con libros. Pero ni blogueros ni lectores somos máquinas, y cada uno, desde su ordenador y desde su ambiente y desde su cabeza y desde su vida, tiene una visión muy particular de las cosas, así que por la misma razón todos debemos de tener nuestra visión particular sobre los blogs literarios.

Por eso quiero lanzar esta pregunta a la atmósfera binaria de la blogosfera, a los blogueros y especialmente a los lectores anónimos, esos que leen mucho pero comentan poco. Me gustaría saber especialmente lo que pensáis vosotros, porque sois vosotros los que más nos leéis pero los que menos os hacéis oír:


¿Qué le pedís vosotros a un blog de libros y a su administrador/a/es/as para que disfrutéis siguiéndolo, aunque sea desde el anonimato?

¿Que tenga entradas largas, o entradas cortas? ¿De estilo serio, humorístico, poético, muy directo o muy literario? ¿Que hable poco de muchos libros, o mucho de pocos libros (mucho de muchos sería lo ideal, pero no somos máquinas)? ¿Que podáis encontrar la ficha de casi cualquier cosa, o que sólo sea un puñado de recomendaciones? ¿Con vlogs, crónicas, curiosidades, últimas noticias, descargas, relatos propios, nuevos talentos, superventas, sólo reseñas en general, o...?

La respuesta está abierta a esto o a cualquier otra cosa que se os ocurra:

¿Qué es para vosotros un blog literario, o cómo debería ser?

(No, por si acaso surge el tema, esto NO es una petición de alabanzas ni nada parecido. No lo digo refiriéndome a mi blog, o para que contestéis en función a él. Es una pregunta en general, y si se os ocurre algo, para dejar un comentario aquí abajo no hace falta que tengáis cuenta en ningún sitio, sólo una respuesta preparada.)