domingo, 27 de febrero de 2011

Por no dejaros sin nada una semana entera...

Me voy ahora mismo a estudiar de nuevo, pero acabo de encontrar esto y, por una vez, no pude resistirme a enseñároslo. Aún tengo sentimientos encontrados con respecto a la película, pero en esos 13 meses que faltan hasta que llegue a los cines (desteñidamente apta para todos los públicos) espero ir haciéndome a la idea.


Sencillamente: oooooh...

(Por si alguien no lo había visto antes, cosa milagrosa porque el vídeo surcó toda la blogosfera, estos artistas también grabaron esta otra escena del Libro.)

domingo, 20 de febrero de 2011

Gracias...

... por ayudarme a conciliar el sueño cuando los nervios no me dejan dormir.

viernes, 18 de febrero de 2011

Fans que le aúllan a la Luna Roja

Verdades que nos fueron contando y que, por falta de cumplimiento, se convirtieron en mentiras:

  • "La película de La Bestia llegará a los cines en primavera de 2010."
  • "La última palabra del último capítulo del último libro de Harry Potter será cicatriz."
  • "El final de la trilogía de Graceling saldrá a la venta en verano de 2010."
  • "El primer libro de Laila Winter se reeditará con una portada más bonita, en tonos amarillos, acorde con el reino de Solarïe y con las portadas de los tomos dos y tres."
  • "La mano izquierda de Dios es una saga."

Poco a poco he ido aceptando que esas son cosas que ya no llegaré a ver, leer o, simplemente, comprobar. Me resigno porque, en el fondo, me da lo mismo y qué se le va a hacer.

Pero estamos ya en febrero de 2011, hace un año que salió a la venta Los hijos de las Tinieblas, y a estas alturas deberían empezar a aparecer por todas partes las noticias del cierre de la trilogía (este blog sería una de dichas "partes"). Y no quiero que eso se transforme en otra espera infructuosa y eterna.

Desde aquí sólo le pido a Alfaguara una fecha, una portada, un título, un capítulo; cualquier cosa que pueda asegurarnos a los fans que la espera merece la pena, que no nos van a dejar tirados durante un tiempo indefinido. Una seguridad de que el proyecto sigue adelante, y de que este año podremos leerlo. Un algo, cualquier cosa a la que aferrarnos, puesto que José Antonio Cotrina cerró el manuscrito en octubre y sólo es cuestión de tiempo.

Necesito saber algo.

*Modo melodramático ON* No puedo seguir adelante con mi vida sin conocer nada más que el final, más abierto que una herida, de Los hijos de las Tinieblas. No puedo. No puedo. No puedo, no puedo, no puedo, y no quiero. *Modo melodramático OFF*

Quién sabe, si todos los blogueros (y lectores internautas) fans de la saga ponemos nuestro granito de arena, si le ponemos ojitos a la editorial, si nos hacemos oír (o leer), si demostramos interés, si les lloramos nuestras penas, si les explicamos lo muy mucho que necesitamos saber cómo termina todo, si les convencemos de que ya van siendo horas de que terminen con nuestro sufrimiento, a lo mejor se compadecen o se hartan de nosotros y sale algo bueno de todo esto. Una fecha, una portada, un título, un capítulo, cualquier cosa.

Por favor...




(Quien se lleve este banner para pasearlo por algún sitio participará automáticamente en el sorteo de quince lotes de agradecimiento eterno.)

lunes, 14 de febrero de 2011

El perreo de Perrault en la perrera

Aviso a jóvenes lectores:

No deseo que vuestros inocentes ojitos se escandalicen hoy ante la visión de la dura transformación de vuestros antiguos traumas infantiles. Si creéis que tenéis unos corazones demasiado tiernos e impresionables, o a vuestros progenitores cotilleando por encima del hombro, no deberíais seguir leyendo. Estáis avisados.





Aviso a lectores especialmente exigentes:

Esto no es una noticia, porque el primer requisito para que algo sea una noticia es que casi nadie se haya enterado de nada todavía, y de esto se enteraron hasta mis padres, que es mucho decir, porque en este tipo de cosas suelen recibir información más caducada que un Ferrero Rocher en agosto. Es más, si esta es la primera noticia que tenéis al respecto es probable que aún no hayáis descubierto que al final Marco llegó a Argentina y encontró a su mamá.

Siento ser yo quien os lo comunique de esta forma tan precipitada. Pero sí, Marco encontró a su mamá.





Hemos asistido al ardiente besuqueo de vampiros, ángeles y zombis, entregados en cuerpo y no-alma al cine y la televisión, y hemos tenido que aguantar una y otra vez que los licántropos se torturen más que nadie y acaben compuestos y sin novia, a imagen y semejanza de sus primos, los pobres perritos que son castrados como castigo por dejar preñado a medio vecindario.

Pero ha llegado el momento de hacer justicia, y como la originalidad no es el plato fuerte de los guionistas en estos tiempos de adaptaciones omnipresentes, Caperucita Roja ha decidido subirse la falda y coger el toro por los cuernos: la chica se ha hecho mayor, los juegos infantiles (el escondite y la pilla, más concretamente) pasan a otro nivel, y le ha llegado la hora de usar el bosque como picadero con su Lobo Feroz.

La abuelita, evidentemente, que se espere. Y el cazador/leñador, que no se inmiscuya ni se quede de mirón, que nos conocemos.


Estrenando la moda, la novela Rojo Feroz salía a la venta hace unos meses. Su segunda parte estará ya al caer, escritas ambas por la rehistoriadora de cuentos clásicos Jackson Pearce (la buena mujer tiene tres novelas, y las tres son nuevas versiones de historias muy manidas y ya versionadas mil veces antes).

Pero le pisa los talones la película de Catherine Hardwicke: Caperucita Roja, llamada en inglés Red Riding Hood porque es obvio que una chica que usa el bosque como picadero con el Lobo Feroz perdió el "little" hace tiempo.

Fiel aprendiz de Crepúsculo en cuanto a torturados amoríos adolescentes se refiere (no en vano tiene a la misma directora), es más comúnmente conocida como "Caperucita devora al Lobo Feroz". Como también está de moda sacar secuelas de debajo de las piedras, la trilogía lobuna probablemente continúe con "El rap de los tres puercos", en 2012, y "Siete cabritos como siete motos", un año más tarde.


De hecho, en esta película escasean los colmillos (h)emo(globínicos), y parece dedicada expresamente a las despechadas fans de Jacob, que, hartas de aguantar a vampiros centelleantes y deprimidos, están deseando ver cómo un lobezno depilado (excluyendo ingles brasileñas, razón a la derecha y hacia abajo) se lleva al huerto bosque a la chica.

Como no podía ser menos y el dinero es cosa rica, el merchandising está a punto de caramelo y va a haber libro. No sé quién escribió la novela, y en la portada americana ni siquiera se menciona al autor/a, pero el caso es que saldrá a la venta en castellano, con Alfaguara, el 2 de marzo.

Luego además hay otra cosa llamada "Caperucita Roja: del guión a la pantalla", que en principio sólo se vende en inglés. No sé si es el guión puesto en venta, el relato de las muchas cosas que tuvieron que cambiar desde el cuento original a la película (de verdad, nadie diría que se produjeron cambios), o las instrucciones para tejerte tu propia caperuza de cola: cuatro metros de cómoda tela para uso diario.


Sinceramente, yo no tengo pensado invertir mis cuartos en esos libros, porque el espacio no me sobra, hay libros mejores en que gastárselos, y además no me siento por la labor. Pero como a partir del 22 de abril no tengo nada mejor que hacer, probablemente sí que me gaste unos cuantos euros en la película (demasiados, en mi modesta opinión de cinéfila atracada). Nunca está de más conocer más de cerca y en profundidad al Lobo Feroz (se llama Shiloh, como la hija de Brad Pitt [gracias a un Anónimo por corregir mi metedura de pata], y se apellida Fernández, como todos los Fernández que me estáis leyendo). Ya sabéis, por si algún día me lo encuentro por la calle. Para reconocerlo y estar preparada y esas cosas.

No voy a incluir el trailer, porque lo más probable es que ya lo hayáis visto, y si no lo habéis visto todavía (a la revelación sobre Marco y su mamá me remito) os merecéis llevaros el trabajo de trasladaros hasta YouTube a buscar vídeos.

Y con esto termino. Feliz San Valentín.

sábado, 12 de febrero de 2011

Finnikin of the Rock (Finnikin de la Roca) - Melina Marchetta - Reseña

Título: Finnikin of the Rock

Autora: Melina Marchetta

Editorial: Viking Australia

Año de publicación: septiembre 2008

¿Español? Tristemente, no. Una gran pérdida, por cierto.

Como estrellas en una noche de luna nueva:







Booktrailer en EEUU:




Primero relato:

Diez años atrás, Lumatere era uno de esos reinos pequeñitos y cursilillos de cuento de hadas. Los reyes eran campechanos, el príncipe y las princesas tenían amiguitos plebeyos, las brujas usaban su magia para hacer cosas bonitas, y la gente de la Roca, del Río, de los Bosques, de las Llanuras, de las Montañas y demás vivían en paz y armonía.

Vamos, que si un libro entero fuera así, apaga y vámonos (echaba mucho de menos las indirectas y subliminalidades, tanto de las buenas como de las horribles).

Entonces, justo diez años atrás, la Historia dejó de ser apta para todos los públicos: un oscuro complot acabó en Golpe de Estado y en el asesinato de toda la familia real mientras dormía. Y después siguieron los Días del Terror: ejecuciones en la hoguera, saqueo de poblaciones enteras, violaciones y genocidios metódicos.

Pero, en medio del caos, cuando la bruja buena (esa que mencioné antes) fue llevada a la hoguera y tuvo las llamas a la altura de los calcetines, lanzó una maldición sobre Lumatere: el reino quedaría cerrado para todo y para todos, y nadie podría cruzar la frontera hasta que el Heredero legítimo volviera para reclamar su trono.

Y se cumplió la magia: la gente que no había conseguido escapar se quedó atrapada dentro, y la gente que había logrado huir no pudo regresar a su hogar y tuvo que marchar hacia el exilio.

Finnikin, con ocho añitos, había sido hijo del Capitán de la Guardia Real, ojito derecho del Primer Ministro y amigo del alma del Príncipe Heredero; todo esto cuando el mundo aún era un cuento de hadas. Cuando el mundo se convirtió en un cuento de terror, él fue uno de los exiliados.

Diez años después, Finnikin, todo pelirrojo, todo guapetón y todo políglota, seguía vagando por el mundo, intentando mejorar, a base de reuniones diplomáticas y algún que otro soborno en reinos extranjeros, las condiciones de vida de sus compatriotas exiliados.

Y en esas estaba cuando apareció Evanjalin. Otra exiliada de Lumatere, era novicia en un monasterio de las montañas (voto de silencio, cabeza pelada y hábito cochambroso incluidos, pero nada de castidad ni celibato, no os preocupéis). Evanjalin aseguraba ser capaz de visitar en sueños a la gente atrapada en el interior del reino prohibido, y también decía tener la clave para encontrar al Heredero, romper la maldición y regresar a casa.

El único problema, en opinión del escéptico de Finnikin, era que la chica tenía mucho carácter y era tremendamente mandona...

Finnikin sintió que aumentaba su agitación.
―Esto es un error, Sir Topher. Nunca hemos confiado en nadie para viajar con nosotros. Nunca.
―Y aún así, tus ojos se desvían con frecuencia hacia ella, chico.
―Por furia ―discutió Finnikin―. Podríamos estar haciendo algo valioso. Fuimos convocados al monasterio en la creencia de que había alguien importante. […]
―Pensaba que te gustaban frágiles ―dijo Sir Topher, sonriendo―. Te vi flirtear con la hija de Lord Tascan, Lady Zarah.
―Las prefiero dulces, no simples, y me gusta oír sus voces ―corrigió Finnikin―. Y un poco de refinamiento estaría bien.
Miró a la novicia de reojo. Estaba quitándole las entrañas a la liebre, con la lengua entre los dientes en una expresión de profunda concentración. “Y tan simple”, pensó Finnikin con amargura.


Después opino:

Estaba centrada en leer todo lo que Melina Marchetta hubiera escrito a lo largo de su vida (que, tristemente, no es mucho), así que cuando todos los demás libros pasaron por la piedra hacia el estante de "ya leídos" tuve que deshacerme de viejos prejuicios y considerar seriamente leer Finnikin of the Rock. Mis prejuicios me decían que Finnikin of the Rock era un título propio de un libro para niños de seis años. "¿¿¿Finnikin de la Roca, en serio??? ¿Es que se sube a un pedrusco para hacerse el Tarzán, o qué?" Así pensaba yo en mi ignorancia. Pero mis referencias me decían que era el mejor libro de Melina Marchetta. Y como yo me sentía muy necesitada de Melina Marchetta, pues pasé por el aro, y leí a Finnikin.

De leer a Finnikin a enamorarme de Finnikin solo hubo un paso.

De enamorarme de Finnikin a decidir que era el mejor libro que había leído en todo el año solo hubo otro paso (ya sé que el año hasta ahora no tuvo ni dos meses, pero eso me da lo mismo, porque Finnikin lleva trazas de seguir en el podio mucho tiempo).

Fantasía épica de hoy y de siempre, aunque nada que ver con El Tostón de los Anillos (menos mal), porque no hay elfos ni árboles genealógicos ni idiomas imaginarios ni descripciones de una brizna de hierba que ocupan capítulos enteros.

Pero sí que me recordó algo a Graceling, aunque los argumentos en sí mismos poco tienen que ver y aunque opino que Finnikin supera a Graceling con creces (decisión un poco contradictoria, teniendo en cuenta que a Graceling le había dado cinco estrellas en su momento, pero c'est la vie). Tal vez sea porque en el casting solo hay seres humanos, porque la magia es light y misteriosa, y porque la parejita protagonista está llena de carisma y personalidad y conversaciones suculentas (calma, por supuesto que también tienen otras cosas suculentas que no son conversaciones y que satisfarán vuestra morbosidad de vísperas de San Valentín).

Últimamente estoy muy perezosa para escribir reseñas, y más todavía de libros no publicados en castellano, pero Finnikin bien se merece el esfuerzo. Por mi parte para escribirla, y por la vuestra para conseguirlo en inglés.

En cualquier caso, es una gran historia con grandes personajes, por parte de una gran escritora muy parca en novelas pero que en este libro dio lo mejor de sí misma.

Pero Finnikin no se movió.
―¿Por qué eliges el silencio, Evanjalin? ―Dijo― ¿Tienes algo que ocultar?
Los ojos de ella se encontraron con los suyos.
―¿Por qué hablar cuando puedo responder a tu silbido como un perro?
Finnikin se rio sin humor. No había nada de simple en esta.
―Y además, estaba disfrutando de las conversaciones sobre la frágil Lady Zarah. […]
―¿Son celos eso que percibo en tu voz?
―¿Celos? ¿De una noble superficial y vacua que trina como un pájaro, según Sir Topher?
―A tu voz no le vendría mal algún trino.
―Ni a la tuya algo más de refinamiento. Para alguien que se supone que será el siguiente Primer Ministro, pareces un pescadero.


Por último, para saber más:

No sé si fue antes el huevo o la gallina.

Finnikin of the Rock salió a la venta en 2008, y no sé si ya por entonces Melina Marchetta maduraba el embrión de una saga que solo continuaría si el primero se recibía bien, o si decidió seguir la saga en vista de lo bien que se vendió el primero.

En cualquier caso, ahora parece muy dispuesta a cerrar la trilogía:

  • 2. Froi of the Exiles - 2012 - Situado tres años después de la aventura de Finnikin, recupera la historia de uno de los secundarios más importantes del primer libro.
  • 3. Quintana of Charin - 2013 - No tengo ni idea de si a lo mejor debería saber quién es esta chica, pero, como lo ignoro, no soy capaz de deciros nada de ella.

En cualquier caso, Finnikin of the Rock tiene un argumento completamente cerrado. No puedo hablar por sus secuelas, pero, como se parezcan en algo a la primera, serán libros independientes, unidos tan solo por estar ambientados en el mismo mundo.

viernes, 11 de febrero de 2011

Breve historia de las portadas (27ª parte)

"Mis queridos ex-lectores:




Os he echado de menos.


(Qué bonita es esta imagen, según Ifigenia.)


Soy consciente de que el tiempo en internet se mueve a otro ritmo,




y de que mi ausencia de un mes en el mundo equivale a un año en la red.




Y eso, además de una tremenda exageración melodramática,




es mucho tiempo.


(Ifigenia de nuevo.)


Por lo tanto, no espero que os acordéis muy bien de quién soy,



(Zara, Zara... qué milagros encuentras en internet.)


ni de cuál es este espacio,




ni de qué trataba este blog antes de su tiempo de silencio.


(Para lo cual el sosísimo título del blog puede guiaros, y también la chica de la izquierda, que tal vez os recuerde tanto a Katniss como a mí.)


De hecho, ni siquiera tengo la esperanza de que muchos de vosotros os hayáis dado cuenta de mi ausencia,




porque internet es así.




Y yo soy una melodramática. Sin rencores.




A lo largo de este tiempo intenté varias veces ponerme a escribir,




movida por la culpa y la añoranza,




pero los exámenes me habían dejado sin historias que contar,




y no me salían las palabras.



(Ifigenia, como tantas otras veces.)


Son cosas que pasan.



(Meggye descubrió esta vez a la impostora.)


Y, sin embargo, escribo hoy con la esperanza de que aún quede algún rezagado entre vosotros,





alguien con la paciencia suficiente como para seguir entrando en este blog,



(Ifigenia, gracias.)


de vez en cuando,



(Ifigenia, qué pesada.)


a lo largo de este mes/año internáutico.





Alguien que pueda descubrir esta entrada,



(Ifigenia, cómo no.)


y que todavía tenga ganas de leerla.





Y espero que a ese alguien se vuelvan a sumar, poco a poco, otras personas.



(Ifigenia, muchas gracias.)


Todavía sigo de exámenes,





pero creo que ya he vuelto.





Un abrazo,




barnsdale11"







(Y es horroroso que cuando una se marcha una temporadita a estudiar y reponer inspiraciones, a la vuelta se encuentre con cosas tan horrorosas y poco inspiradoras como esta de aquí abajo. Todas las portadas de Vampire Academy eran mucho más bonitas, y aunque ese de la izquierda sea Mi Chico desde siempre y esté buenísimo, esa Sydney (futura prota, 100% humana, tatuaje mágico y dorado en esa carita de asco suya) acaba de arruinarme el personaje. Y además, el aspecto de toda la portada me resulta cutre a más no poder. Jum.)