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viernes, 9 de julio de 2010

¡El segundo número de la revista Siete Letras, recién horneado y muy caliente!


Después de dos meses de duro trabajo, esfuerzo y un uso acelerado de mi sobreexplotada tableta gráfica, las Siete Letras (dos desorientadas, un sepulturero, un terco, una tragona, aquella que se pierde en las nubes y yo misma, siempre joven, con la especial colaboración de un hada en la traducción) publicamos el segundo número de la revista.

Lo normal sería que tratara de venderos el producto, porque es de la casa y trata de libros, y que por lo tanto os contara que hay un relato de un dios olímpico conocido como José Antonio Cotrina (¡la Cose!) por el común de los mortales, varias secciones nuevas, entrevistas del máximo interés (evidentemente, por ejemplo) y una maquetación que esta vez, además de lo tradicional, incluye contenido audiovisual especialmente integrado en la revista y diseñado para facilitaros las cosas.

Pero no os voy a vender el producto, y dejaré que simplemente os paséis por allí si queréis, que gravitéis hacia esa página a haciendo clic sobre la imagen de aquí arriba, con nuestros más sinceros deseos de que nuestro trabajo os guste...

viernes, 7 de mayo de 2010

Oh, público mío, escuchadme: hoy nace una revista y resucita un blog


La revista que nace hoy, ahora, YA, se llama Siete Letras, y podéis encontrar (por fin) el primer número haciendo clic aquí mismo. El link os llevará a un hermosísimo post que os dará instrucciones para leer esas siete letras (y muchas más). ¡Con mis más sinceros deseos de que os guste!

Pero voy a venderos la moto: dentro de la revista encontraréis, entre otras cosas, un fantástico relato de la única, la irrepetible, la inconfundible, la magnífica (¿¿pelota yooo?? ¡Business Blogger!) Bárbara G. Rivero, madre de la única, la irrepetible (etecé, etecé, etecé) Laila Winter.



Y cambiando de tercio, el blog que resucita con este post es (evidentemente) el mío propio, puesto que se ha pasado largas semanas en muerte cerebral, así que si estos días me encontráis un poco zombi no os asustéis, es que recuperar las buenas costumbres no es fácil. Necesito escribir reseñas, actualizar secciones perdidas en la noche de los tiempos, renovar ideas en general y leer mis emails en particular.

Y como se da la casualidad de que dije casi exactamente lo mismo hace casi exactamente un año (aunque ese post sólo lo leí yo), toca fiesta: la prueba de mi buena fe será el concurso que os traeré mañana (qué narices, modestia fuera: CON-CUR-SA-ZO) y así empiezo a recuperar el tiempo perdido tras mi larga ausencia (ay, que me emociono: ¡estoy de vuelta!).