Taibhse (aparición) - Carolina Lozano - Reseña y primer capítulo

Título: Taibhse (aparición)

Autora: Carolina Lozano

Editorial: Edebé

Año: 2010












Niebla de estrellas:

Ha llegado la hora del té.

Liadan (LIA-DAN) es una catalana huérfana (cómo no) que vive en Escocia. Se autoproclama especial, le tiene alergia a la gente, le encanta estudiar (*suspiro*) y no le gustan los hombres (ni tampoco las mujeres). Tiene una amiga perfecta pero ciertamente algo boba llamada Aithne, y ambas se pasan las tardes haciendo deberes, hablando durante horas del novio de Aithne, y visitando de vez en cuando al primo de esta, un tipo que no viene a cuento en la historia y que sólo sirve para colar en la peli al hijo del director, ese que quiere ser actor pero no entiende ni jota de interpretación.

Entonces LIA-DAN conoce a Álastair (de ahora en adelante lo llamaremos Edummy2 para aclararnos entre tanto nombre raro), que básicamente viene a ser un fantasma milenario que tiene menos personalidad que un pollo frito y que se pasa las tardes investigando vete a saber tú qué en la biblioteca. Nada más posar sus especiales ojitos en él por primera vez, LIA-DAN decide que Edummy2 es su media naranja y Amor Eterno. Y después de sufrir durante un par de días ante la terrible indecisión de si matarla o no matarla, bla, bla, bla (cuando digo que se llama Edummy2 no lo hago por amor al arte), Edummy2 también decide que juntos son una naranja entera, y también le declara Amor Eterno a LIA-DAN.

Ahora viene el problema. Edummy2 es un fantasma que sólo LIA-DAN puede ver (y más importante aún: tocar). Eso significa que LIA-DAN está manteniendo una relación con un ser que para todas las demás personas resulta invisible, inodoro, insonoro e intangible. Pero en vez de preguntarse por qué se ha metido en un embrollo tan raro, y por qué se lleva tan bien con fantasmas milenarios mientras que no soporta a las personas corrientes y molientes... En definitiva, en vez de dejar la parapsicología y comprarse un Manual para principiantes: cómo adquirir una personalidad básica en sólo 20 lecciones, LIA-DAN saca adelante su relación con Edummy2 con todas sus consecuencias. Que básicamente consisten en lo siguiente:

“¿Qué pasará cuando todo el mundo se dé cuenta de que hablo con personas invisibles?” (No mucho, porque todo el mundo sabía ya que eras rara, rara, rara, LIA-DAN querida.)

O mi preferida:

“¿Qué pasará cuando vuelvan a pillarme con las manos en la masa, o sea, metiéndole la lengua hasta el fondo al aire y haciendo manitas con una cosa invisible? ¿O mejor aún, en pelota y tirándome a una nebulosa iridiscente?” (No recuerdo haberme reído tanto con una escena en mucho, mucho, pero que muuuuuucho tiempo.)

Cosas que debéis saber sobre Taibhse para aplicarlas luego al mundo real:

• Cuanta menos personalidad tengáis, más probable es que los fantasmas que veáis sean de verdad.
• No os preocupéis por vuestros contactos: cuando muráis podréis seguir teniendo teléfono móvil y correo electrónico (o por lo menos Edummy2 no parece tener ningún problema con ellos, y cuando se le acaba la batería del móvil lo recarga en el enchufe como cualquier hijo de vecino).

Mi crónica de la lectura de Taibhse:
(porque no me encuentro en condiciones mentales de escribir una reseña)

Página 3.

“Si no lo intentas, el no ya lo tienes.”

―Mi madre

Me echo unas risas, con la esperanza de que el libro siga llevando las cosas con sentido del humor. Inocente de mí, no puedo ni imaginar que será la última vez que me ría en mucho tiempo.

Página 5.

“Si estás leyendo este diario, quiere decir que ya no sigo en el mundo de los vivos.”

Primer UGH (no será el último, ni mucho menos). Tengo un déjà vu como la copa de un pino (*cof, cof* Éxodo *cof*), y ya ni siquiera entonces era un recurso nuevecito.

Página 6.
Nada, que era una falsa alarma, que la protagonista estaba leyendo un diario ajeno. Han pasado dos páginas y ya me han colado dos señores tópicos: me empiezo a mosquear.

Página 7.
Off-topic: la protagonista se llama Liadan. ¿Pero qué clase de nombre es LIA-DAN? Alguien que se llama LIA-DAN tiene que ser a la fuerza una Niña Tonta con un alto concepto de sí misma y un concepto muy bajo de todos los demás (si es que no sé ni por qué seguí leyendo, si tan sólo con un nombre como ese ya se adivina lo que va a pasar).

Página 8.
Ya no soporto a LIA-DAN. La joya de la semana: “Por alguna razón que jamás llegaré a entender, hay chicos que se interesan por mí.” Pues mira, LIA-DAN, ahí estamos de acuerdo. Yo tampoco lo entiendo. LIA-DAN es más rarita que un mondadientes hecho de papel higiénico.

Página 28.
Fin del capítulo uno, y por fin dejamos a LIA-DAN de lado. Y menos mal, porque de tanto leer los desvaríos varios de LIA-DAN me estaba poniendo muy nerviosa. Va siendo hora de conocer el punto vista del fantasma, el varón transparente, el ente taibhsiano masculino, la fuente ectoplásmica de testosterona descafeinada en todo este asunto: Álastair. O también llamado Edummy2, porque me recuerda una barbaridad a Edward Cullen, sólo que en plan soso. (Sí, lo sé, ¿creíais que era imposible? Ingenuos.)

Página 36.
Estoy teniendo una sensación de dulzura, calma y placidez muy rara. Con cada nuevo diálogo me imagino a dos marujas muuuuuy vieeeejas paseando despaciiiiito y con cara de booooobas tooooodo el tieeeempo, mientras hablan pausaaaadamente entre susuuuurros. (A estas alturas el daño ya está hecho, qué más me dará a mí tener imágenes mentales raras.)

Página 85.
Ya no lo soporto más. Así no puedo seguir. Esto no es sano. Mantengo una conversación muy seria con Ifigenia, la organizadora del booktour a través del cual recibí este libro, y le ruego que me dé permiso para dejar de leerlo. Pero no hay forma, la muy sádica hace oídos sordos a todas mis súplicas, y yo me vuelvo a las hojas.

Página 86.
No puedo más. Cierro Taibhse. Cojo un Libro B. Llego hasta el capítulo 10 del Libro B. Me tranquilizo. Recupero fuerzas. Saco a Taibhse del fondo del cajón. No puedo, no puedo, no puedo. Puedo. Lo abro.

Página 99.
Me consuelo pensando que ya casi he leído 100 páginas. Como premio, cierro el libro y empiezo a escribir esta crónica. Estoy harta de LIA-DAN y de Edummy2, pero entiendo perfectamente que se compenetren tan bien, porque son almas gemelas. No tengo ni idea de cómo alguien que existió más de 1000 años puede llegar a ser un fantasma tan mortalmente aburrido. No hay misterio. No hay personajes. No hay interés. ¿De verdad que me quedan otras 206 páginas?

Página 100.
Me dedico a mí misma un aplauso de todo corazón, por haber alcanzado las tres cifras. A estas alturas ya odio con toda mi alma a la muy cruel Ifigenia por obligarme a acabarlo, pero estoy decidida a terminar el libro (qué remedio).

Página 106.
Sigue sin pasar nada. LIA-DAN, en plena Escocia, hogar de la mantequilla y las chocolatinas fritas, hace que su doncella (ojo al dato) unte sus tostadas con margarina de importación.

Olé mi arma.

Ya que estamos, me ataca un arrebato inspiracional que me había estado rondando durante varias decenas de páginas. ¿Por qué los señoritos se llaman LIA-DAN “la repipi”, Álastair “Edummy2”, Aithne “la amiga empanada”, o Keir “el que sólo hace bulto”, mientras que sus fieles lacayos se llaman Mary y James? A mí este detalle de esnobismo, por muy bienintencionado que fuera, me sobraba.

Página 209.
LIA-DAN, como lectora de Crepúsculo un poco demasiado literal que es, empieza a abrazar la idea de la muerte a los 17 como única opción para permanecer eternamente al lado de su amorcito. “Un par de felices ectoplasmas hacen el amor en la biblioteca.” “Los tortolitos fantasma aterrorizan el colegio.” Esos serían unos titulares ideales, y os hacéis una idea de lo que tiene en mente la muchacha.

Página 261.

“No te preocupes, él tampoco quiere que me muera. Cree que es arriesgado.”

Pché. Sí, eso mismo. Como cruzar con el semáforo en rojo. Igualito.

Página 273.
No me lo puedo creer. Por fin empieza a pasar algo. Por fin aparece La Villana Bruja Perversa Y Cochina que seguro que no se sale con la suya por culpa del mágico poder del Amor Verdadero, pero algo es algo.

Página 305.
Me llevo un disgusto morrocotudo. Creía que el libro tenía sólo 305 páginas, pero resulta que tiene todavía 3 páginas más. Contengo las lágrimas, me sorbo los mocos, y sigo leyendo.

Página 308.
Terminé. ¡¡¡¡¡TERMINÉ!!!!! ¡¡¡TERMINÉ TAIBHSE!!! Fue doloroso, fue típico, fue soso, fue aburrido, fue cursi cuando quiso, pero ya está terminado. Y por si de verdad queréis saber de qué va el asunto, podéis empezar a leer aquí el capítulo uno:

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