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viernes, 1 de julio de 2011

Mi hermana vive sobre la repisa de la chimenea - Annabel Pitcher - Reseña, capítulo y SORTEO

Título: Mi hermana vive sobre la repisa de la chimenea

Título original: My sister lives on the mantelpiece

Autora: Annabel Pitcher

Editorial en inglés: Orion

Editorial en español: Siruela

Año en inglés: febrero 2011

Año en español: marzo 2011

Puntuación:


Trailer del libro (está en inglés, pero es muy bueno):





Sorteo de TRES ejemplares:

No se me ocurrió una forma más fácil de hacerlo. No tenéis que estar registrados en ningún sitio y ni siquiera tenéis que desplazaros hasta el final de la reseña. Lo único que os exijo es que viváis en España o tengáis una dirección en España a la que poder enviarle el paquete. Podéis completar el formulario en cualquier momento entre hoy y el domingo 17 de julio:

Concurso cerrado.

Y ahora, la sinopsis (o mi versión de ella):

Hace cuatro años Jamie tenía seis primaveras y vivía en una familia corriente y moliente, clase media de adosado de toda la vida, con sus dos hermanas mayores gemelas (gemelas entre sí y mayores que Jamie, se entiende) y sus padres. Entonces apareció el terrorismo islámico, explotaron varias papeleras y una de las dos hermanas salió volando en cachitos, de repente, mientras corría detrás de unas palomas.

Frenazo en seco.

Una rótula, el codo derecho y tres dedos, al cementerio, debajo de una lápida de mármol blanco.

La madre entierra a su hija y se va con otro. Un profesor de yoga o cualquier equivalente, ¿a quién le importa?

Una clavícula, dos costillas, un dedo del pie y un pedacito del cráneo, incinerados y en un frasco, sobre la repisa de la chimenea.

El padre no entierra a su hija, se queda con la custodia de los otros dos, se aparta del mundo, se enamora de una botella de vodka, deja el trabajo y sale de Londres de inmediato, hacia un pueblecito de la Inglaterra profunda donde la gente cocina galletitas y no hay sitio para moros ni negratas ni extranjeros asesinos con mensajes hipócritas que se adueñan de la educación de sus hijos como si de la nueva plaga de Londres se tratara.

Pero el padre está enamorado de esa botella de vodka y no deja de darse el lote con ella ni para desayunar, así que Jamie y su hermana son dos huérfanos de facto que viven en una familia corriente y maloliente, clase media con padre borracho y madre a la fuga. Por eso no hay nadie que le prohiba a Jamie hacerse amigo de la única niña de su clase que no lo insulta ni se mete con él: esa chica morena con pañuelo en la cabeza que se llama Sunya y que es, horror de los horrores y pecado capital, musulmana.


Deberíais leerlo porque...:

Hay algunos escritores que se hacen de rogar, que nunca en la vida han publicado nada pero que llevan siglos maquinando en esas cabecitas letradas suyas; autores que aunque no han nacido aprendidos sí han crecido aprendiendo, así que cuando por fin estampan su nombre en un libro dan el pelotazo. Annabel Pitcher, por ejemplo, tiene una forma especial de meterse en la cabeza de un niño de diez años que va más allá de saltarse todas las comas o de reinterpretar los diálogos, y que al final acaba convirtiéndose en la voz infantil más fuerte desde, no sé, quizás Mark Haddon y su El curioso incidente del perro a medianoche (también cinco estrellas, por cierto, echadle un vistazo). Y por cierto que esta valoración de voces infantiles es completamente cosa mía, basada en los 300 libros (libro arriba, libro abajo) que he leído en este par largo de años, pero no he podido leer más y no tengo más cosas con las que compararlos.

Así que tiene un estilo impecable, pero no es solo su forma de decir las cosas, sino también las cosas que nos dice. Aunque algunas veces se deja llevar por la lágrima fácil y las situaciones-cliché de lagrimeo al por mayor (cachorrito malherido, ojos del gato de Shrek y esas cosas), lo cierto es que los personajes se te acaban por tatuar en el cerebro, con sus ganas de vivir y su mensaje contra el racismo, de que la xenofobia se erradica historia a historia y persona a persona. Un mensaje universal de tolerancia, para lectores de 9 a 99 años, que se aleja lo bastante bien del talante barato que se deja ver de vez en cuando en algunos medios.

No se trata de que este no sea vuestro estilo, de que os parezca trillado, típico, lacrimógeno o aburrido, porque podéis muy bien estar confundidos y ni siquiera saberlo todavía. Que no os guste la portada o que el volumen del libro no llene exactamente el hueco vacío de vuestra estantería. Que ya estéis hartos del terrorismo o cualquier otro etcétera alternativo que se os pase por la cabeza. Es corto y merece la pena: tenéis derecho a leerlo en algún rato largo (por eso ya es verano en este hemisferio) y venir luego a decirme que me he equivocado. Me gustaría poder miraros a todos con mirada asesina e insistiros una y otra vez para que lo cojáis ("léelo, tienes que leerlo, vamos a qué esperas, lee lee lee lelelelele, etc."), pero me tengo que conformar con esta reseña, con la mirada que os echo telepáticamente desde mi lado del teclado, y con el sorteo de más arriba (gracias a Siruela por hacerlo posible), para meteros el gusanillo y esas cosas. Más fácil es imposible, y más claro, agua.

Aunque papá seguía gritando y el viento sacudía las ventanas y el café got got goteaba desde la mesa hasta formar un charco en el suelo, lo único que podía oír eran las palabras de Sunya. Ojalá fuera normal. Quería ir hacia ella y coger sus puños en mis manos y volver a ponerle el anillo en el dedo y decirle Me gusta que no lo seas.

martes, 6 de julio de 2010

Si decido quedarme - Gayle Forman - Reseña y primer capítulo

Título: Si decido quedarme

Título original: If I stay

Autora: Gayle Forman

Editorial: Salamandra

Editorial en inglés: Dutton Juvenile

Año en español: 2010

Año en inglés: 2009

Sinopsis:

En un momento, todo cambia. Mia, de 17 años, no recuerda el accidente; solo se acuerda de ir en el auto con su familia sobre la carretera de Oregon, que estaba mojada por la nieve. Entonces, en un abrir y cerrar de ojos, termina viendo su propio cuerpo herido, siendo tomado del desastre…

Una sofisticada, compleja y hermosa historia sobre el poder de la familia y los amigos, las decisiones que hacemos – y la esencial decisión que hace Mia.


Constelación de puntos:



Por varias razones:

Quería leer este libro, pero el destino (llámale racanería, llámale X) se interpuso en mi camino, y acabé borrándolo de la lista prioritaria, asumiendo sin demasiado interés que nunca, jamás de los jamases, lo leería.

Craso error.

Vale que pagar tanto (pagar casi cualquier cosa, en realidad, porque si vamos a ponernos rácanos no conviene dejar ni una sola puerta abierta a la generosidad) por un libro tan corto (ni a 200 páginas llega, si no me confundo) parece un timo, pero... No sabía lo que me estaba perdiendo.

Por suerte Ifigenia, en un arranque de generosidad, decidió que el libro era tan, tan, pero que tan bueno que tenía que compartirlo en un book tour. Rebosante de esa felicidad bonachona que sólo se siente cuando damos algo sin esperar nada a cambio (nada que un buen rácano conozca demasiado bien), me lo contó a mí, y fue entonces cuando supe que tenía que formar parte de dicho tour, porque el destino (llámale gratuidad, llámale X) así lo había dispuesto: ya no era yo contra el mundo, ahora éramos el tour y yo contra los atracos a mano armada y los desembolsos a regañadientes.

Así que lo leí.

Lloré, moqueé, me soné los mocos. Sonreí. Pasaron las páginas en un abrir y cerrar de ojos (empañados de lágrimas con una frecuencia relativamente elevada, y abrir y cerrar los ojos en esas condiciones no es especialmente cómodo, pero qué se le va a hacer).

Hasta que al fin suspiré de felicidad (¿un suspiro enmoquecido? ¿una felicidad lagrimeante?) en la última página, con esa certeza que sólo se da una vez en la vida, de saber que Willow por fin (¡por fin!) había encontrado un heredero a la altura, después de demasiados fiascos ombligocéntricos y vergüenzagénicos.

¿Por qué?

Porque es rápido, porque es corto, porque es triste pero no deprimente, porque mezcla pasado y presente de forma genial, haciendo que ambos cobren igual importancia, sin que ninguno de los dos parezca un cúmulo de plomizas hojas de relleno (¡culpable! ¡culpable! ¡linchémoslos!). Porque aunque la escena de amor que hay escondida por el medio me arrancó una carcajada (no muy distinta a otra carcajada que me arrancó otra escena de amor de otro libro de otro book tour), no por ello deja de ser una escena de amor igual de preciosa. Porque me encantó ese final del que dudaréis hasta la penúltima página, con el que os mosquearéis en la última, y que al fin se os revelará mágicamente una vez le deis un par de vueltas en la cabeza, o incluso antes: ¿Mia elige vivir, o elige morir? Y si no lo entendéis, siempre podéis echarlo a suertes con un 50% de opciones de acertar, a no ser que seáis como Ifigenia, en cuyo caso seréis incapaces de verlo ni siquiera después de veinte relecturas y cuarenta explicaciones, pero ni siquiera entonces os importará demasiado, porque así conservará más intriga.

Debería restarle algún punto porque a la historia le falta originalidad en el planteamiento, ya que es la misma Cuestión de Vida o Muerte acerca de la cual ya hemos leído tantos libros y hemos visto tantas películas. Pero me niego a hacerlo. Por lo bien desarrollada que está.

Y a pesar de todo, le traigo un par de quejas al mundo. Así, en general.

Primera: Mia toca el violonchelo de toda la vida, desde que era pequeñita, y aún así jamás se tomó confianzas con él. Nunca se atrevió a llamarle chelo (vamos, incluso yo lo llamé chelo desde siempre, y eso que todo el contacto que tuve con él fue mediante intermediarios). Tal vez se deba a que es una chica formal, y los instrumentos le imponen respeto porque ya tienen muchos años: “Don Violonchelo, don Pianoforte, por favor acérquense, si no es molestia, que vamos a interpretar un dúo”.

Y segunda, y más importante... ¿Por qué en los libros las enfermeras son siempre mujeres y los médicos son siempre hombres? Salvo honrosas excepciones, supongo, pero por casualidades de la vida ahora no se me viene ninguna a la cabeza. Lo que quiero decir es que si la madre de un personaje trabaja en el hospital, es enfermera. Si la amiga de la madre de un personaje (como en este mismo libro) trabaja en el hospital, es enfermera. Nunca son auxiliares, nunca son médicos. En cambio, si un personaje va al médico, el médico es hombre. Y no tengo nada en contra de las enfermeras, pero las médicas no se merecen esa discriminación, que también existen.


Además:

Si queréis saber más acerca de este libro o de su autora, podéis hacer clic aquí. Si al acabarlo os dais cuenta de que tenéis un día espeso y no entendéis el final, haced clic aquí y bajad al final de la página (no os spoileéis). Y si ya lo habéis acabado y queréis más, os gustará (o no) saber que ya hay una secuela en camino, titulada Where She Went, que saldrá a la venta en 2011 y que está narrada desde el punto de vista de Adam. Yo no soy de la opinión de que haga falta una secuela, pero tengo fe en que Gayle Forman me haga ver otra vez mi error en cuanto haya empezado a leer el libro.


(gracias a Juvenil Romántica)

jueves, 17 de junio de 2010

Seven tears into the sea (Terri Farley) - Reseña

Título: Seven tears into the sea

Traducción no oficial: Siete lágrimas al mar

Autora: Terri Farley

Editorial: Simon Pulse

Año: 2005

Sinopsis:

A los 10 años, Gwen Cooke tuvo un extraño encuentro con un chico de ojos oscuros. Vino a ella en la playa, le susurró extrañas palabras al oído, y luego desapareció. Poco después, su famila se fue de su casita de la playa, y Gwen nunca volvió a ver al chico.

Ahora con 17 años, Gwen vueve al hogar de su infancia. Su abuela se lo pidió. Pero Gwen sabe que debe volver por otra razón: necesita el mar. Tal vez sea el mismo mar el que la llama. Tal vez sean el recuerdo del chico y de sus extrañas palabras los que la atraen al lugar donde se conocieron. Tal vez sea hora de enfrentarse a su destino.


Estrellas de mar:



Opinión sincera, más o menos:

Existen muchos tipos de libros. Los que te amargan el día, los que te alegran el día, los que te inspiran para dibujar, los que te inspiran para escribir, los que te dan ganas de tirarte por un puente, los que te meten una canción en la cabeza, los que te hacen meter barriga, los que te provocan antojo de algo salado, y los que te provocan antojo de algo dulce.

Como Seven tears into the sea.

En esta novela le daremos al chico un Permiso Especial Para Ser Raro, porque sólo es humano un par de meses cada siete años (como Temblor, pero a lo bestia). El resto del tiempo es una foca. Técnicamente, un selkie. Yo creía que los selkies eran como sirenitos pero con cola de quita y pon, porque me parecía más poético, pero no. El hombre no es un sireno, sino un foco. Focoman.


Y el foco se enamora de la foca Gwen. Como comprenderéis, enamorarse de alguien que la mayor parte del tiempo ni siquiera tiene un cerebro de 1300 c.c. es... peliagudo. No todas estarían a la altura. Porque el chico está muy bueno y todo eso y yo no quiero ser especiecista (¡zas! estreno mi primera publicidad subliminal palabra pratchiana), pero el muchacho es una foca.

Y aquí entra Gwen en escena. La jovencita se va a pasar el verano aislada independizada en una bucólica y solitaria casita a pie de playa (*cof, cof* picadero *cof*), insocializándose todo lo posible y trabajando en el hotelito de su abuela. Ese trabajo consiste en servirles pastelitos deliciosos (he ahí el antojo) a los turistas viejos, y en no hacer nada el resto del tiempo. Eso de "no hacer nada" incluye enamorarse del bombón nudista que frecuenta su calita.

Que además se da la casualidad de que se parece sospechosamente al otro bombón nudista que le salvó la vida en la playa una noche de hace... ¡Oh! ¡Siete años! ¡Qué feliz casualidad!

He aquí un modelo hipotético de conversación entre ambos:

FOCOMAN: [Gran sonrisa, momento "salida del agua en pelota".]
GWEN: [Baba.]
FOCOMAN: [Gran sonrisa, momento "andar por la playa chorreando, en pelota y con el atardecer a sus espaldas".]
GWEN: [Baba, baba, baba.]
FOCOMAN: [Gran sonrisa.] Hola.
GWEN: Hola, macizo. Hacía siete años que no te veía la... hum... eh... el pelaje.
FOCOMAN:
Ya, bueno. Esta vez tenía pensado comprarme ropa, pero si te gusto más así...

GWEN: ¡Sí! Digo... ¡No! Por mí unos... ejem... pantalones, si eso, estarían bien. Para que nos vean juntos, y eso. Hum.
FOCOMAN: De acuerdo, foquita mía.
GWEN: ¿PERDONA?
FOCOMAN: [Gran sonrisa.] Me invocaste hace siete años y ahora soy todo tuyo, muñeca.
GWEN: ¿ME HAS LLAMADO FOCA?
FOCOMAN: ¿Ugh? [Empieza a sudar, se aparta unos pasos, saca de la nada un móvil y marca. Alguien coge el teléfono al otro lado: AcosoCullen S.A.] Eh... ¿Edummy? ¿Creo que necesito ayuda? ¿El consejo de otro sobrenatural sexualmente frustrado, por favor?



Técnicamente, visto así, tendría todas las papeletas para ser "El bodrio número un millón, felicidades, pase a caja a recoger su premio, por favor". Pero no llega a tanto. De hecho, es una lectura agradable, aunque no pase de ahí. Demasiado corto como para cogerle manía a muchos personajes, tiene postres dulces muy ricos, algunas escenas muy monas, y lagrimilla incluida (no voy a decir spoilers no voy a decir spoilers no voy a decir spoilers no voy a decir spoilers no voy a decir spoilers no voy a decir spoilers).

Sinceramente, no es una maravilla de esas épicas (ecce libro), pero me sorprendió para bien, me entretuvo más de lo que esperaba, y se lee muy rápido (algo que no es sólo mérito del escaso número de páginas, supongo).

Bueno, bonito y barato: este es un libro para los que busquen algo romanticón y tristón, y no tengan muchas pretensiones ni un gran presupuesto (y no les importe mojarse en inglés ni pasarse por el booky). Para todos los demás... pues casi será mejor otra cosa.


miércoles, 24 de marzo de 2010

América Profunda en sólo tres dramas (tres reseñas, dos consejos y un post)

Pensaba incluir en este post todavía más libros, pero me parecía muy cruel haceros sufrir más de lo estrictamente necesario, y además todos sabemos que cuanto más texto incluya un post, más improbable es que exista alguien capaz de leerlo entero. En cualquier caso, estos tres libros son parte de la razón por la que la Pregunta Tonta de esta semana es “¿te consideras un lector responsable o impulsivo?”, y parte de la razón por la que yo a veces odio ser tan impulsiva como para tropezar cincuenta veces con la misma piedra y acabar leyendo siempre los mismos tostones. Que esta vez son:




Cracked up to be, de Courtney Summers

Como entiendo más o menos, pero no del todo, lo que significa el título, voy a desviar el tema dándoos un consejo muy útil: si algún día viajáis a EEUU, por favor, que no se os ocurra ir a ninguna fiesta. Todo el mundo se lo pasa siempre muy mal en ellas, y además siempre acaban en tragedia. Y si la fiesta es en América Profunda, pues con más motivo.

Y ahora que ya estáis advertidos, me centro en el libro: la Chica es una persona autodestructiva que colecciona adicciones, intentó suicidarse una vez y es borde con todos sus ex: su ex novio, sus ex amigas, sus ex padres. ¿Qué le sucedió a la Chica para que pasara de ser Perfecta a ser una Paria? Pues que fue a una fiesta que se torció, y ahora la culpa la corroe. Para saber qué salió mal en la fiesta habrá que atender a los flashbacks, “estratégicamente” dispuestos para mantenernos con la intriga hasta el último capítulo. O esa era la intención. Lo cierto es que, siendo generosos, se deduce todo preciosamente bien en la página 70, y las otras 150 están allí de relleno.

Y para ocupar un poco el relleno, no hay nada mejor que meter un romance cutrillo: un Chico Sensible con espíritu Masoquista capaz de cualquier cosa con tal de llevarse a la Chica al huerto, que por algo está ella tan buena y por algo está él tan Sensibilizado.

El problema es que en este libro no suceden cosas buenas. Nunca. Jamás de los jamases. Son exactamente 214 páginas de sufrimientos emocionales diversos, múltiples borderías, flashbacks trágicos y melodrama en general. Puestos a pasar cosas malas, a la Chica incluso se le muere el perro. Y con eso os lo digo todo.



Heartbreak River, de Tricia Mills

Si con un título tan cursi como este alguien se esperaba otra cosa, vais listos. En este caso recuperamos la América Más Profundamente Profunda, y como si no hay muertos no hay salero, el padre de la Chica es un ex soldado que nada más volver de Irak murió ahogado en el río. En consecuencia:

a) La Chica le tiene miedo al agua.
b) La Chica cortó a gritos con el Chico, que era su Primer Novio y Amor Verdadero desde los 3 años con el que estaba predestinada a casarse a los 18 y tener bebés Américos Profundos a los 21.
c) Por si esto fuera poco, la Chica quiere traicionar el espíritu de América Profunda: quiere poner pies en polvorosa, vender el negocio familiar, ir a la universidad, y no volver a pisar nunca más un pueblo en el que se tenga que duchar con agua extraída del Río Matapadres (sí, ya sé que soy muy bruta).

Por lo tanto, para poder destraumatizarse, la Chica debe:

  • a) Rechazar a sus pretendientes Extranjeros y recuperar el amor del Chico: los forasteros siempre serán forasteros en América Profunda, pero el Chico es el candidato ideal con quien regentar el negocio familiar y con quien procrear muchos bebés Américos Profundos al cumplir los 21. No estoy muy segura de que no haya llegado incluso a comprobarle la dentadura alguna vez, para evaluar la mercancía.
  • b) Matar a otra persona: un clavo saca otro clavo, y ya sé que ese refrán no vino a cuento, pero tampoco vino a cuento que la Chica y el Chico, recién desvirgados ambos, se metieran en una barquita con un Extranjero Borracho para navegar en la peor tormenta del año por el peor tramo del Río Matapadres. Y todo para que la policía no les diera un par de cachetes por estar haciendo manitas en una fiesta ilegal que, milagro entre milagros, también acabó fatal.


What Would Emma Do?, de Eileen Cook

En Pueblo Fanático, al sur de América Profunda, hay una Ley: nunca te alejarás de Pueblo Fanático más de 5km, desde el día en que nazcas hasta el día en que te mueras.

Pero Emma quiere largarse lejos, estudiar en una buena universidad y vivir en una gran ciudad. Es decir: es una hereje pecaminosa que se quedará sin amigos en la página 20 y que merecerá ser tan marginada como el único judío del pueblo. Y eso sólo porque las hogueras son ilegales, que como eso cambiara, iban a acabar los dos de cabeza en una.

Entonces pasa que una de las animadoras de Jesús, que canta el Aleluya con dos pompones mientras sus chicos rezuman testosterona en el campo de fútbol (americano, evidentemente, no hagáis preguntas tontas), sufre un extraño ataque. Cae desmayada y termina en el hospital (por cierto, ¿a que no adivináis dónde sufre el ataque? En UNA FIESTA). Como es animadora de Jesús y canta en el coro de la iglesia y va al catecismo y es rubia, nadie se puede creer que una chica como ella haya hecho una cosa tan inconcebible como jugar con pastillitas mientras estaba borracha. ¿Cometer una herejía así, una Joven Cristiana, Rubia y Animadora de Pueblo Fanático? ¡Qué vaaaaa!

Y como todo el mundo sabe que las animadoras, sean de Jesús o de Glee, son una piña, deciden que lo mejor para evitar sospechas es que a todas les suceda lo mismo. Así que empiezan a desmayarse, sin motivo ni razón, en los lugares más insospechados: en medio de un examen, comiendo espaguetis, en el retrete, en medio de un salto con pompones. Incluso se desmaya la ex mejor amiga de Emma, que es también la Primera Novia del ex mejor amigo de Emma y una chica tan antipática que ya sabemos desde la página 5 que para ella no hay esperanza.

Llegados a este punto, ¿qué es lo más lógico? Pues que las turbas enfurecidas acusen al judío de estar intentando hacer una Cruzada al revés a base de envenenar a las intachables Jóvenes Cristianas de una en una. ¿Habrá linchamiento? ¿Destapará Emma la verdad? ¿O destapará Emma la verdad pero habrá linchamiento igual?



Sintetizando: 3 en 1

Si todavía estáis leyendo esto y alguno de estos tres libros estaba incluido en vuestra wishlist, mi consejo más desinteresado es que deberíais tacharlo, porque estoy segura de que preferiríais gastaros el dinero en cosas más útiles, como unos cromos de Pokemon o un bolígrafo con tinta que brilla en la oscuridad. Además:

  • a) Son libros cenizos (amargavidas, cabreantes).
  • b) Seréis muy felices si seguís adelante con vuestra vida sin necesidad de dedicarles neuronas.
  • c) Aguanto muchas cosas, pero los libros de América Profunda me superan, y siempre consiguen que se me hinche la vena.
  • d) Si hubieran valido para algo a lo mejor me habría molestado en dedicarles una reseña por separado a cada uno.
  • e) Ninguno de los tres es el nuevo Willow.

domingo, 24 de enero de 2010

Si no despierto (Before I fall) - Lauren Oliver - Reseña y primer capítulo

Título original: Before I Fall

Título en español: Si no despierto

Autora: Lauren Oliver

Editorial: Harper Collins

Año de publicación (en inglés): marzo de 2010

Editorial en español: SM

Año en español: 24 mayo 2010

Sinopsis:

¿Qué pasaría si sólo te quedara un día de vida? ¿Qué harías? ¿A quién besarías? ¿Y hasta dónde llegarías para salvar tu vida?

Samantha Kingston lo tiene todo―apariencia, popularidad, el novio perfecto. El viernes, doce de febrero, sólo debería ser otro día en su vida perfecta. En vez de eso, es el último. El chiste: Samantha todavía se despierta la mañana siguiente. De hecho, revive ese último día de su vida siete veces, hasta que se da cuenta de que, realizando incluso los cambios más pequeños, tal vez tenga más poder del que imaginó nunca.


Lluvia de estrellas:




Pre-crítica con espíritu quejica

Si vais a leer este libro, es mejor que os agenciéis antes un buen paquete de Kleenex pañuelos de papel (¡arriba las marcas blancas!) con los que detener la lagrimorragia y mocorragia posteriores. Si le echáis un vistazo a la sinopsis os daréis cuenta de que Before I Fall va de muertes, y los libros que van de muertes tienen una cierta tendencia a ponerse sentimentaloides en un momento dado, con lo que terminan provocando un caso de llorera aguda en el lector desprevenido.

Bueno. Pues ese va a ser todo el spoiler que os cuente. Y antes de continuar con mi opinión del libro, voy a quejarme a los cuatro vientos: me leí este libro en un booktour, así que se lo leyeron otras personas antes que yo. Dichas personas escribieron su opinión en las primeras páginas, para que la leyera después la autora, cuando el libro volviera a sus manos (yo me rebelé y escribí en la última, y con dibujitos en las del medio, qué narices). Y una de esas chicas, ignorando a la torera el hecho de que no era la única participante en el booktour, soltó un spolier como una catedral. ¡Básicamente, me destripó todo el final! Así que me cabreé todo lo humanamente cabreable, porque vale que una sea una indisciplinada y se lea los finales, pero oye, es una completa putada maldad escribir un spoiler de esas magnitudes justo antes de que empiece el prólogo. Además, ¿¿¿qué clase de bloguera destripa el final en una crítica???

Y ahora que ya me he despachado a gusto (no es que la Chica Spoiler vaya a leer mis ataques, porque es inglesa, pero me he quedado muy a gustito), ya puedo hablaros tranquilamente del libro.


Crítica corriente y moliente

Before I Fall viene a ser un remake de El día de la marmota, sólo que en plan melodramático. Como yo nunca vi esa película, a mí me recordó a un corto del pato Donald en el que Jorgito, Juanito y Jaimito tenían que revivir la Navidad una y otra y otra vez (cada cual utiliza las referencias que buenamente puede, oye).

(Inciso: mirad la foto del VHS, y os haréis una idea aproximada de hace cuántos años vi la película, aunque ya me pilló un poco vieja, con más edad de Harry Potter que de Mickey Mouse.)


Eso viene a ser también lo que le pasa aquí a Sam, pero como esto no es un corto para niños de cinco años, lo que tiene que revivir la chica es el día de su muerte. Una y otra vez, hasta llegar a siete veces (voy a decirlo, porque no puedo reprimirme: ¿qué típico es eso de que sean siete, y no seis ni ocho?).

A lo largo de esos siete días sucederá lo esperable (porque era exactamente lo mismo que les pasó a los sobrinos del pato Donald): Sam empieza siendo una bruja insoportable, seguirá siendo una putarrana odiosa, y al final, por el mágico poder del amor verdadero, del método ensayo-error y de la casi auténtica amistad, se convertirá en una buena chica que hará cosas buenas por otros álguienes más o menos buenos. Ese viene a ser un resumen aceptable.

Before I Fall es, por lo tanto y ante todo, un libro sobre segundas oportunidades. Y sobre bullying. Desde el punto de vista de una de las culpables (que vienen a ser, efectivamente, Sam y sus amigas). Yo me había leído algún libro desde el otro lado del mismo charco, así que esta vuelta de tuerca me pareció original (perdón, pero es que hoy me está dando por hablar rarísimo).

Sin embargo, aunque el bullying es el hilo conductor de la historia, tampoco se come el libro. De hecho, tiene un protagonismo bastante secundario. Tiene más protagonismo la historia de amor con el príncipe azul (en el sentido más estricto de la palabra). Y dicho romance es muy tierno y muy bonito y muy cortito y todo eso (porque lo es), pero hay por ahí algo que chirría. Kent (tiene casi el mismo nombre que el novio de Barbie, así que no os sorprendáis si el chico es igual de príncipe-azulesco) es ese chico dulce y bohemio que ha estado locamente enamorado de Sam desde los siete años.

Primer EJEM.

Además, a lo largo de los diez años que han pasado desde entonces, Sam no deja de soltarle barbaridades y miradas asesinas.

Segundo EJEM.

Aún así, Kent está más loco por ella que nunca, y haría cualquier cosa para captar su atención, aún a costa de que ella le responda con un ladrido.

Tercer EJEM.

Por lo tanto, sí, efectivamente, a Kent le va el masoquismo. Del duro.

Era mi intención hablaros un poquito de los demás personajes, pero no se me ocurre qué contaros. La mayoría de los secundarios sólo están ahí para prestarse a las epifanías y buenas obras de Sam, el novio es un capullo clásico sin más aspiraciones, y las amigas, que son las únicas que pintan algo en la historia, a veces son majas y todo eso, pero otras veces son bipolares perdidas.

Y, para terminar, tenemos por allí una hermanita pequeña y zalabeta (¡yo también era zalabeta! ¡pero a los ocho años ya no!) que, al más puro estilo de Riley en Eternidad, os sacará la lágrima fácil si todo lo demás (príncipe azul incluido) no lo consigue.

En cuanto a los aspectos más técnicos del libro, no ofrece nada nuevo, pero tampoco resulta pesado, y su prosa sencilla anima a seguir leyendo. Digamos que, si no hubiera leído ya el Padre de Todos los Spoilers al principio, habría permanecido enganchada a las páginas, con los ojos llenos de lágrimas y las napias llenas de mocos, hasta conocer el final. Porque incluso aunque yo ese final ya lo conocía (suspiro), seguía reconcomiéndome la intriga: ¿quién más murió ese primer día del Accidente De Coche Que Lo Empezó Todo? ¿Eh? ¿Eh? ¿Quién más?

Resumiendo, Before I Fall es un libro bonito, y aunque parte de una premisa no demasiado original, le da un giro adolescente para meter de por medio accidentes de coche, popularidad, alcohol, compras y bullying. Es tierno y es triste, y aunque le falta un algo indefinido (¿personajes más elaborados, quizás?) que lo convierta en una lectura especial, es agradable. Teniendo en cuenta que esta es la primera novela de Lauren Oliver, no creo que sea descabellado pensar que irá puliendo poco a poco todos esos detalles.


(¡gracias a Mec's Fairy Tales por la traducción!)

lunes, 28 de diciembre de 2009

El curioso incidente del perro a medianoche (Mark Haddon) - Reseña y primer capítulo

Todavía estoy con secuelas después de las comilonas navideñas. Casi puedo oír cómo el turrón cruje en mis arterias y cómo mi hígado funciona a plena potencia para tener los michelines a punto para el 2010. Y lo peor de todo es que esto aún no ha hecho más que empezar (me duele el estómago sólo de pensar en lo que falta por venir). Ya puestos a ser quejicas, mis vacaciones de Navidad sólo tienen de vacaciones el nombre, porque ahora que ha terminado el turno de los que se examinan por trimestres, ahora nos toca a los que vamos por cuatrimestres. Es decir, tengo que estudiar muy mucho porque en enero me empiezan los exámenes... (lo que significa que todavía tengo la bandeja de entrada llena, pero la intentaré ir vaciando, ¡a ser posible antes de que termine el año y nos den las uvas!)

En cualquier caso, esto requiere medidas extremas. Como, por ejemplo, colgar la reseña de un libro completamente distinto que pueda darle la vuelta al blog... pero no del todo. Poniendo por caso... un libro protagonizado por un quinceañero pero que no está escrito (únicamente) para quinceañeros. Un libro corto, ágil, apto para todas las edades y, lo fundamental, muy bueno.


Título: El curioso incidente del perro a medianoche

Título original: The curious incident of the dog in the night-time

Autor: Mark Haddon

Editorial: Salamandra

Año de publicación en inglés: 2003

Año de publicación en español: 2004

Sinopsis:


A sus quince años, Christhoper Boone, conoce las capitales de todos los países del mundo, puede explicar la teoría de la relatividad y recitar los números primos hasta el 7.507 pero le cuesta relacionarse con otros seres humanos. Le gustan las listas, los esquemas y la verdad, pero odia el amarillo, el marrón y el contacto físico. Si bien nunca ha ido solo más allá de la tienda de la esquina, la noche que el perro de la vecina aparece atravesado por un horcón, Christopher decide iniciar la búsqueda del culpable.


¿Cuánto?



¿Cómo?

El curioso incidente del perro a medianoche es la historia de Christopher, un adolescente que padece Síndrome de Asperger. Esto os lo suelto así, a lo bruto, y os quedáis tan anchos. Síndrome de Asperger, de Munchausen, de Diógenes, de Estocolmo... ¿Por qué ibais a tener que saber lo que es el Síndrome de Asperger? Efectivamente, no tenéis por qué saberlo, pero en cuanto os ponga un ejemplo enseguida os daréis cuenta.

Seguro que habéis visto alguna película en la que sale un niño autista pero extraordinariamente inteligente. A mí, a bote pronto, sólo se me viene a la cabeza una de Bruce Willis, Al rojo vivo, pero si me apresuráis, comentan por allí que Zach, el cabeza cuadrada de la serie Bones, también es otro ejemplo. Pues bien. Ninguno de los tres (Christopher, Zach o el joven cómplice de Bruce Willis) tiene autismo propiamente dicho, sino una variedad llamada (sorpresa, sorpresa) Síndrome de Asperger. En líneas muy burdas, estas personas tienen inteligencia normal y hablan perfectamente, pero tienen una capacidad emocional muy limitada. No les gusta que los toquen, evitan el contacto visual, no entienden los chistes, no dan muestras de cariño, tienen obsesiones y hábitos extraños, tienen una gran fijación por las rutinas... En cambio, un autista propiamente dicho tiene retraso mental, no habla y vive en el mundo como si las demás personas no existieran.


¿Por qué?

Vale, dicho esto, voy a centrarme por fin en el libro en sí. Mark Haddon trabajó durante una temporada en un centro para discapacitados físicos y psíquicos, y de ahí surgió la idea para escribir este libro (que además es su primer libro). Ahí, sin duda alguna, fue donde aprendió a meterse verdaderamente en la piel de una persona con Síndrome de Asperger, evitando caer en los mismos topicazos a los que se prestan estos pacientes. Por poner un ejemplo, si Christopher no entiende la motivación de una persona para sonreír, ¿por qué iba a escribir “Papá sonrió”? Y sin embargo, no es estúpido: es consciente de que es diferente, y eso lo hace sufrir. Nosotros podemos ver ese sufrimiento entre líneas, pero sin caer en la idealización (cosa que también está bien, porque la idealización es uno de los topicazos que mencionaba antes).

Es decir, si leéis El curioso incidente del perro a medianoche aprenderéis a ver el mundo desde los ojos de Christopher, con un estilo verdaderamente logrado, ameno y realista. Una emotiva historia de superación personal, discriminación y una dosis apropiada de aventura, todo ello concentrado en un libro chiquitito. Brillante.




Si queréis conocer más en profundidad el Síndrome de Asperger y otros trastornos generalizados del desarrollo, la Comunidad Isis reúne a las familias afectadas.

sábado, 19 de diciembre de 2009

Paper Towns (John Green) - Macrorreseña, primer capítulo y ganador del sorteo

Esta es la reseña misteriosa que os prometí ayer. Y como prometí ayer, hice un sorteo entre todos los que acertaron de qué libro se trataba. Por increíble que parezca, ¡sólo hubo cinco acertantes!

Y después de utilizar el Randomizer, el ganador de un ejemplar del libro es...

(redoble de tambores)

Saya
(Si lees esto, por favor, envíame un email con tu dirección para que pueda mandarte el libro. Si no la recibo hoy, mañana te enviaré yo un correo para notificártelo.)

¡Hubo una gran participación para ser un concurso de 24 horas! ¡¡61 comentarios!! ¡Eso es todo un récord! (Cómo se nota que había libros de por medio xDD.) Me he fijado en que la mayoría apostasteis por Perfect Chemistry, y otros pensasteis que lo de "cinco estrellas como cinco soles" era una pista. Lo siento por eso, porque la verdad, al escribirlo ni siquiera se me pasó por la cabeza que pudiérais tomarlo como una pista...


Título: Paper Towns

Traducción no oficial: Ciudades de papel

Autor: John Green

Año de publicación: 2008

Editorial en inglés: Speak

Sinopsis aburrida (pero como ya la tengo traducida, voy a sacarle el máximo partido):

Cuando Margo Roth Spiegelman le pide a Quentin Jacobsen que la acompañe en el medio de la noche―vestida como una ninja y tramando una ingeniosa campaña de venganza―él la sigue. Margo siempre ha planeado extravagancias y, hasta ahora, lo ha hecho sola. Después de una vida de amar a Margo desde la distancia, las cosas por fin empiezan a cambiar para Q... hasta que rompe el día y ella se ha desvanecido. Siempre un enigma, Margo acaba de convertirse en un misterio. Pero hay pistas. Y son para Q.

Estrellas que todo lo juzgan:






Inciso previo al principio

(Prólogo)

Lo que más me gusta de los ebooks es que puedo acribillarlos a notas al margen, citas carcajeantes y demás momentos memorables que a lo mejor me apetece revisitar. Nunca había hecho lo mismo con un libro de papel (para mí, los libros son como objetos sagrados: si miráis mis estantes, la mayoría parece que nunca han sido abiertos), pero con Paper Towns me apetecía probar. Me apetecía marcar cosas bonitas, y apuntar el número de página en un papel sencillamente no es lo mismo. Así que me armé unos tacos de post-its (verde para las páginas pares y rosa para las impares, no tiene más ciencia), y este fue el resultado. Aunque siempre preferiré las notas de los ebooks: los marcadores virtuales no tapan las letras del lugar donde se pegan.






Primero me reí. Después me reí a carcajadas. Estuve todo el tiempo pensando en cómo se le podían ocurrir a una sola persona (léase John Green) todas esas cosas. Después me puse seria, y sufrí y padecí desde el fondo de la cabezota de Quentin. Luché por entender el rompecabezas en que se había convertido su amor platónico y, claro está, solté unos cuantos suspiros de agárrate. Sólo me quedé atascada un par de veces, y eso fue totalmente por culpa mía. Aún así, salí del atasco pronto, una vez que hube leído un par de veces las poesías-pista que, como persona no bilingüe que soy, no entendí bien a la primera.

Pero incluso así...

― ¿En serio? ―Ella no dijo nada.― Pero esta misma mañana estabas riéndote con él. Yo te vi.

―No sé de qué me estás hablando. Me enteré antes de primera hora, y después los encontré a los dos hablando juntos y empecé a gritar como una posesa, y Becca corrió a los brazos de Clint Bauer, y Jase se quedó allí de pie como un imbécil con la baba saliéndose de su boca apestosa.

Estaba claro que había malinterpretado la escena del pasillo.




Quentin “Q” Jacobsen tiene todo lo que un chico normal de Orlando puede querer: unos padres psicólogos, unos amigos algo frikis, una plaza en la universidad de Duke, una ex-novia con novio, una llave para un coche que ni siquiera es suyo, y un amor platónico. La chica se llama Margo Roth Spiegelman, y nadie diría que son vecinos, porque desde hace diez años que ella no mira al pobre de Quentin más de dos segundos seguidos. Hasta que una noche se presenta, sin avisar y toda vestidita de ninja, en la ventana de Quentin. Y se arma la gorda.

En sentido casi figurado, juntos se dedican a quemar Orlando en una noche loca, haciendo todas esas gamberradas que podrían hacer peligrar muy seriamente... digamos... una plaza en Duke o un expediente policial impoluto. Pero todo sea por el bien del amor. Porque ¿qué es lo que viene después? En la mente acalorada de Quentin, eso está más que claro: se convierte en un anónimo justiciero y se queda con la chica. Vivieron felices y comieron perdices. Punto pelota.

Pero...

No.

Quentin no se dio cuenta de que estamos hablando de Margo Roth Spiegelman. Así que al día siguiente la chica no aparece por ninguna parte. ¿¿Dónde diablos ha podido meterse esta mujer?? ¿Se la habrá tragado la tierra? ¿Se la habrá comido el lobo feroz? Será tarea de Quentin averiguarlo, y con la ayuda de sus pintorescos amiguitos y la perspicacia pelín oxidada de su cerebro enamorado obsesionado, irá desentrañando los planos de la ciudad de papel que dejó Margo tras de sí. Sólo para él.

MoFYSEH era una Buick de quince años que había sido impunemente conducida por los hermanos mayores de Ben y que estaba, para cuando llegó hasta Ben, compuesta principalmente por cinta aislante y pasta para rellenar agujeros. Su nombre completo era Montada Fuerte Y Sacrificada En Húmedo, pero la llamábamos MoFYSEH para acortar. MoFYSEH no funcionaba con gasolina, sino con el inagotable fuel de la esperanza humana. Tenías que sentarte en el abrasador asiento de vinilo y desear que arrancara, y entonces Ben giraba la llave y el motor daba un par de vueltas, como un pez en tierra dando sus últimos coletazos, moribundos y exiguos. Y después tenías que desearlo con más fuerza, y el motor daba otro par de vueltas. Lo deseabas un poco más, y por fin arrancaba.




Son fluidos, extraños, tercos como mulas, egoístas y entrañables. Clichés sacados directamente del interior de un tornado.

La propia Margo no es más que una extra en la novela para la que sirve de excusa. La figura femenina no convencional e idealizada a medias que por lo visto aparece en varios libros de John Green. Y como no dejan de repetir distintos personajes a lo largo de todo el libro, aprendemos más de los demás cada vez que uno abre la boquita para hablar de Margo, de lo que aprendemos sobre la propia, inigualable y misteriosa (¿o no tan inigualable ni misteriosa?) Margo Roth Spiegelman.

¿Quién compone el cuadro? Quentin. Quentin, Quentin y más Quentin. El vecino de al lado, ese chico mono y agradable pero tirando a tímido que es a medias un ingenuo y a medias un listillo. El que lleva la voz cantante y ha estado toda la santa vida obsesionado enamorado de la vecina excéntrica. Margo Roth Spiegelman.

Pero, repito, ¿¿quién narices es Margo Roth Spiegelman?? Para Quentin es la chica más original, guapa y extraña que ha conocido jamás. Pero él es el presidente de su club de fans, así que su opinión es un poquito parcial. Los que leáis el libro sencillamente tendréis que averiguar por vuestra cuenta quién es ella, porque para eso se os dan más de 300 páginas.

El mosaico lo completan los amigos frikis pintorescos de Quentin (sin desperdicio), las novias y novietas y prenovias y postnovias (sin desperdicio tampoco), el policía poeta (irrepetible) y los padres terapeutas (inmejorables). Es decir, como ya tenéis a Quentin para sonreír y suspirar y romperos la cabeza, podréis descansar un poco con los demás, echándoos unas risas en plan tranquilo.

Emotivo, reflexivo pero sin llegar a pedante, misterioso, impredecible, un poco rarito, dulce, egocéntrico, divertido y más serio de lo que parece a simple vista. Así es Paper Towns. Así es Quentin. Y así, probablemente, sois, aunque sólo sea un poquito, vosotros mismos.

―Son unos cabrones. ―Dije. A mis padres siempre les gustó que soltara palabrotas delante de ellos. Podía ver el placer en sus rostros. Significaba que confiaba en ellos, que era yo mismo delante de ellos. Pero incluso así, parecían tristes.

― Los padres de Margo sufren un grave trastorno narcisista cada vez que ella hace de las suyas. ―Me dijo papá.

―Eso impide que sean unos padres efectivos. ―Añadió mamá.

―Son unos cabrones. ―Repetí yo.

―Sinceramente, ―dijo mi padre― probablemente tengan razón. La chica probablemente necesite atención. Y sabe Dios que yo también necesitaría atención, si tuviera a esos dos como padres.




Leí varias veces que John Green es uno de los escritores más literarios que existen en la literatura juvenil actual. Y es muy cierto. No sé si será el más literario, pero sí que puede presumir de haber escrito, a base de un estilo brillante, un libro que se puede leer cuantas veces se quiera y aún así seguir encontrando cosas nuevas. Voy a ponerme en plan elegante: Paper Towns es una novela para quitarse el sombrero, y John Green es un hombre a una pluma pegado.

― ¿Qué demonios tienes que hacer? ―Preguntó Ben.
―No digas tacos delante de Ruthie. ―Dije yo.
―Ruthie, ¿te importa que diga demonios?
―Nosotros no creemos en el demonio.




Es decir, que recopilo: original, seriamente divertido, magníficamente escrito, con personajes con tanta vida que a veces amenazan con romper el párrafo en dos y escaparse de la hoja. Y llenito todo él de pedazos tan acertados (o curiosos a secas) que podrían cogerse citas a puñados y llenar blogs con ellas.

Y como colofón final, porque a nadie le amarga un dulce, la edición rústica tiene una portada que está a la altura del libro que presenta. Una chincheta gigante que sirve para adornar cualquier estante que se precie. Como... por ejemplo... mi estantería de libros casi nuevos.


Y para los que se hayan quedado con ganas de leer algo más:


(Me he fijado en que hacía un montón de tiempo que no traducía un capítulo. ¿Qué mejor que retomar la costumbre con un capítulo de cinco estrellas?)