Candor (Pam Bachorz) - Reseña y primer capítulo

Después de pasarme un puñado de días vagueando por mi casa con la Epidemia del Mes a cuestas (no, no es el Terrorífico Monstruo Mediático de la Gripe A, ni tampoco sé lo que es: pero últimamente está que arrasa), vuelvo a la carga. Un poco convaleciente y con la voz desaparecida en combate (¡¡nooooooo!! ¡¡¡¡necesito hablaaaaaaaaaaar!!!!!!!), pero aquí estoy. Para hablaros escribiros por fin acerca de este librito.

Título: Candor

Autora: Pam Bachorz

Editorial: Egmont USA

Año de publicación en inglés: septiembre 2009

Número de páginas: 249 (efectivamente: eso es definitivamente demasiado corto para mi gusto)

Sinopsis:

En la comunidad modelo de Candor, Florida, todos los adolescentes quieren ser como Oscar Banks. Siendo el hijo del fundador de la ciudad, Oscar saca además todo sobresalientes, es presidente del consejo de estudiantes, y es solicitado por todos los clubs y causas.

Pero Oscar tiene un secreto. Sabe que los padres traen a sus hijos a Candor para hacerlos respetuosos y perfectos a base de Mensajes subliminales que cuidadosamente corrigen y controlan su comportamiento. Y Oscar ha levantado un negocio haciéndoles sabotaje a los planes de su padre con Mensajes propios, sacando a sus clientes de la ciudad antes de que sean convertidos. Después de todo, ¿quién sospecharía jamás del perfecto Oscar Banks?

Entonces conoce a Nia, la chica a la que no soporta ver cambiar. Salvar a Nia supone perderla para siempre. Manteniéndola en Candor, Oscar se arriesga a que lo descubran... y más.

Mi opinión:


Mensaje del día:

Sí, me gustó este libro. Mucho. Porque me gustan, y mucho, este tipo de libros. Puro cifi de los Juegos del Hambre. (Sí: a pesar de estar ambientado en la ciudad más carca sobre la faz de la tierra, esto es ciencia ficción.) Y si eso os gusta, este libro está pensado para vosotros. Si no os gusta... bueno, no soy yo quién para orientaros. Soy demasiado parcial.

Primer cambio: el prota es un chico, Oscar. Pero la autora es una chica, Pam. ¿Un problema? Podría serlo, pero no es el caso. Oscar es un buen protagonista: melancólico, engreído, vulnerable, egoísta y un tanto ambivalente. Odioso y encantador. Imperfecto. Delicioso.

Luego tenemos a la chica, Nia. Rebelde sin causa (topicazo: echadme la culpa a mí, que soy la que lo ha dicho), cabezota, independiente... y frágil. El romance está servido. Un Amor Prohibido de esos que te obligan a pasar páginas para poder saber siquiera si podrá haber un final feliz. Nada de cursilerías. Incertidumbre y angustia en estado puro. ¿El problema? Es que parece un amor de McDonalds: llega, pide, come, tira tu basura y vete. Y en un par de días, todos enamorados perdidos.

Me responde con un largo beso. Yo deslizo las manos por sus brazos desnudos. Desde los hombros hasta los codos hasta las muñecas. Tiene la piel de gallina, incluso en la cálida noche de Florida.

Tal vez eso sea por mí.

A veces me olvido de que yo le gusto a ella tanto como ella a mí.

Lo que me lleva a hablar de las dos mitades del libro. Por un lado tenemos la primera mitad: un tanto monótona y convencional; se lee bien, pero no ofrece nada extraordinario. Y entonces llegamos a la segunda mitad. Todo el argumento empieza a dar giros bruscos y a acelerarse. Si a estas alturas no tenías ya los ojos pegados con superglue al papel, más te vale que te vayas poniendo cómodo en el sillón: Candor es impredecible, adictivo, romántico y triste.

Más allá del Villano Maligno (oséase: el papi de Oscar), no hay un gran repertorio de personajes secundarios, y el lavado de cerebros generalizado hace que todos acaben convertidos más bien en un murmullo coral. Y sin embargo, es divertido entrever de vez en cuando la verdadera identidad de esos personajes. Como la incorregible mandonería de Mandy, por ejemplo, que por más Mensajes de amabilidad que oye día y noche no puede evitar mangonear sobre todo lo que se menea (con un “por favor” estrangulado dicho justito al final, cuando recuerda que “siempre hay que ser educado”).

¿Cuál de todos esos personajes podrá tener un final feliz? ¿Y cuál de ellos terminará en la Sala de Escucha, el lugar donde se formatea a los casos difíciles?

Y luego está ese pedazo de final... buuuf. Gran final, gracias a (o a pesar de) lo atípico y especial que resulta. Que sí, me dejó con un síndrome de abstinencia espantoso (¿¿alucinaciones acústicas?? ¿o tal vez estaba oyendo por primera vez los Mensajes habituales que hay siempre en mi habitación? Hmmm...). Y no es que quiera leer la segunda parte. No es que lo quiera, lo desee, ni me apetezca. Necesito leer una segunda parte (os juro que ese libro debe de tener algún Mensaje subliminal diciendo eso mismo por alguna parte). Aunque por lo que he leído (y no sabéis cuantísimo trabajo me costó encontrar siquiera está ínfima información), no habrá una segunda parte a corto plazo. Pam Bachorz ha anunciado que su próximo libro no va a ser la continuación de este. Sobre lo que vendrá después... no tiene nada que decir todavía.

En cualquier caso, haya o no haya segunda parte, el libro es estupendo tal y como es. Demasiado corto, eso sí. Y con alto riesgo de crear dependencia si no se consume con responsabilidad.

(Bienvenido a Candor. Eres lo que oyes.)

Descarga aquí el PRIMER CAPÍTULO TRADUCIDO al castellano