Breve historia de las portadas (séptima parte)

¿Qué esconden esas miradas tan tristes?

Porque los hombres también lloran.

Pero algunas chicas no.

Y hasta ahora todas siguen siendo de perfil...

... pero incluso si son de frente se siguen viendo igual. Con la mirada gacha, el pelo sobre la cara, y la melancolía formando un velo de misterio a portada completa. (Como no me apetece repetirme, visitad esta Breve historia de las portadas para poder ver las muchas veces que repitieron esta misma imagen en libros distintos.)

Y sigue, y sigue, y sigue. Por triplicado, encima, para dejarlo todavía más claro.

O por duplicado, también. Para darle originalidad, una está en negativo y con ojos ¿rojos?

Y otra más. Que en realidad vienen a ser otras dos. ¿Tantas historias hay que hablen de chicas tristes? ¿Y qué pasa con los chicos tristes? ¿Quién cuenta sus historias?

En este caso la coincidencia fue accidental (¿accidental? ¡si hasta los títulos son idénticos!), y uno de los dos tuvo que retificar. Así que decidieron cambiar la modelo, pero la pose... se mantuvo (casi) igual.

Y si todavía forzamos más el zoom, tenemos ojos tamaño XXL ocupando media cubierta. Aunque más que tristes, son misteriosos, y se han ganado muchos adeptos.

Vampiros del mundo, limpiaos los morros

Porque la sangre mancha mucho, y por muy sexy que sea, tener un reguero de sangre cayendo por la barbilla es muy gore.

Incluso aunque seas un vampiro de Morganville.

Incluso aunque seas de la mismísima Vampire Academy, ni más ni menos. (Le estaré eternamente agradecida a aquel que me consiga una versión más grande de la portada italiana del libro.)

Incluso aunque estés salido directamente de la serie True Blood...

La servilleta es cosa de todos. (Por unos morros más limpios.)

A fastidiarla

Premio entre todos los premios: para los diseñadores de las portadas españolas de Vampire Kisses (a la derecha). Por crear una brillante apología de la fealdad, dediquémosles un aplauso.

Y no podía ser menos la portada alemana de Meridian (a la derecha). ¿Que no se les ocurrían ideas? Pues nada, a copiar la portada original, pero afeándola. Las rosas más cutres. Las calaveras más cutres también. Y la chica de la portada, que era lo mejor de la imagen original... pues nada, nada. Cierro el círculo: esta chica alemana se merece un puesto en la primera sección del post de hoy (la de las miradas tristes). ¿Verdad que sí?